Antonio Cosculluela compatibilizará el cargo de presidente de las Cortes y de alcalde Barbastro hasta julio. Y lo hará con el apoyo de su partido, el PSOE, según subrayó ayer su secretaria de organización, Pilar Alegría. Insistió en que los socialistas cumplirán con la palabra dada, y que dejará uno de los puestos de forma "ordenada". Para hacerlo se tomará un año. Tampoco aclaró por cuál de los dos se decantará. Pero la incertidumbre en tono al futuro del socialista oscense ha despertado no pocas tensiones durante estos días en el seno del PSOE. El enfado en algunos sectores es patente.

Las versiones sobre cuándo dejaría la alcaldía de Barbastro se han sucedido desde que tomó posesión como presidente de las Cortes. Se habló primero de que lo haría después del verano; posteriormente se apuntó a que sería a final del pasado año, tras las elecciones generales, y ahora el plazo se alarga hasta julio.

El secretario general de los socialistas, Javier Lambán, reticente en un principio a que compatibilizara ambos cargos, ve ahora como esta cuestión se alarga. Algo que ni le gusta ni le conviene; su malestar es evidente. El líder del PSOE siempre ha sido contrario a la acumulación de puestos, y el caso de Cosculluela no es una excepción. Las presiones de algunos sectores le obligaron a aceptar esta situación, que ahora corre el peligro de prolongarse.

Pilar Alegría dijo ayer poco sobre una cuestión que levanta ampollas en el partido. No son pocos los que apuestan abiertamente por que Cosculluela deje uno de los puestos y que lo haga ya. La demora solo garantiza que el debate se prolongue y recrudezca en las Cortes y que sea el propio Lambán, como líder, el que deba responder por él. La presión sobre el presidente del Parlamento se acrecentará por varios frentes: el de la oposición --Podemos e IU-- y también dentro de su propio partido. Aguantar hasta julio no será tarea fácil. Entonces se verá por qué opta: su pueblo o las Cortes.