Después de 22 años de contencioso judicial entre las parroquias aragonesas y catalanas por los llamados bienes de la Franja, el obispo de Lérida, Salvador Giménez, recibió ayer en la ciudad catalana a los portavoces de la plataforam Sijena Sí, que han sumado a la reclamación de las piezas del cenobio monegrina a las del resto de litigios por el arte sacro con Calaluña. El encuentro fue «cordial y sincero», según los portavoces de la asociación, y el religioso pidio que no se use «a la ligera» el término expolio en las reclamaciones, al considerar que desde el siglo XIX la iglesia ha tratado de «proteger» todo su patrimonio.

El coordinador de Sijena Sí, José Yzuel, señaló que desde la agrupación reservan ese apelativo a lo que sucedió durante la guerra civil con los murales románicos del monasterio y que para el resto de las piezas usan las expresiones «patrimonio emigrado» o «ilegalmente vendido», al considerarlas más correctas.

El obispo insistió en que desde su posición no puede colaborar en la resolución del conflicto aunque aseguró que tratará de colaborar para que termine el pleito. La asociación consideró la reunión celebrada ayer como «una forma de avanzar» tanto en el litigio de las obras de la Franja como en la recuperación del tesoro de Sijena.

Por su parte, la consejera catalana de Cultura, Laura Borràs, consideró que arrancar las pinturas murales de Sijena que se conservan en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) sería «un atentado artístico» y «una aberración» que no podría recaer sobre su conciencia.