Concienzudos. Fríos. Sanguinarios. Con informadores muy laboriosos y con una increíble capacidad para moverse por Zaragoza. Así eran los integrantes del comando Argala, también conocido como comando itinerante o comando francés, que el 11 de diciembre de 1987 atentó contra la casa cuartel de la Guardia Civil de la avenida Cataluña. Provocaron una masacre de la que esta semana se han cumplido 30 años y de la que da cuenta una exposición homenaje que se clausura hoy en el Museo Provincial de Zaragoza.

EL PERIÓDICO ha rescatado las declaraciones que el jefe del comando, el francés de origen argelino, Henri Parot, realizó en la comandancia de Sevilla en abril de 1990, tras ser detenido. Casi tres décadas después, releer el testimonio de Unai (alias por el que era conocido) sigue resultando espeluznante.

A Henri Parot, que formaba comando con su hermano Jean, alias Ion; con Jacques Esnal, alias Jaketx, y con Frédéric Haramboure, Txistor, la casa cuartel les salió al paso. Antes del atentado de San Juan de los Panetes (30-1-1987), el grupo había estado en la capital aragonesa localizando vehículos de la Guardia Civil que les había facilitado su responsable en Francia. Se suponía que los coches objetivo estaban aparcados en las inmediaciones del cuartel y, aunque no los encontraron, se percataron de cuál era la vigilancia y la situación del acuartelamiento. Esta información fue completada después, cuando regresaron a cometer el atentado del autobús de la AGM. Y le pasaron la información «a Paco», como se refiere a Francisco Mugika Garmendia (Pakito, Artapalo), por entonces jefe de ETA.

Error de cálculo

Con el atentado de San Juan de los Panetes, la banda logró un resultado diferente al esperado. Un error al instalar la furgoneta bomba --con las ruedas encima de la acera de la iglesia-- hace que la acción del explosivo se oriente hacia abajo. Pakito había pedido elevar la carga sobre una madera para que alcanzase a los ocupantes de lleno. En septiembre de ese mismo año, el inductor del atentado de Hipercor en Barcelona, Santiago Arrospide Sarasola, Santi Potros, es detenido en Anglés (Francia). Y la banda decide mantener «una postura de fuerza».

Artapalo ordena atentar contra la casa cuartel y, aunque el comando itinerante le advierte de que hay niños y pueden resultar muertos o heridos los familiares de los agentes, se justifica en que ETA militar ya había avisado varias veces que las familias tenían que estar fuera de los cuarteles.

Para materializar la acción se desplazan los hermanos Parot, Haramboure y Esnal. Viajan en dos coches: el Renault-11 de Henri y el Ford Escort de Jacques, preparados con armas y el material para fabricar el explosivo. En el polígono de Cogullada recogen el R-18 que estallará en la casa cuartel y un Peugeot 205 blanco que usarán después para huir. Recogen las llaves «como siempre, etiquetadas con la matrícula, el modelo y el color». Y también portan el croquis de unos zulos que están «en las inmediaciones de un río, en una zona arbolada»; unos bidones enterrados con los 250 kilos de amonal que colocan en el coche bomba.

El montaje del vehículo se hace en el lugar de los zulos. Usaron tres botellas de acero, las cargaron con detonante, amonal y reforzadores y conectaron las tres con cordón detonante. Una la situaron en el maletero y dos en los asientos traseros. Para el sistema de iniciación utilizaron detonadores pirotécnicos y orientaron los tubos con la boca hacia el objetivo «como si se tratase de auténticos cañones».

El sistema de iniciación iba complementado con otro de circuito eléctrico con temporizador y dos detonadores. Un complejo dispositivo nunca antes empleado que obligó al experto en explosivos de la banda terrorista ---Arregui Erostarbe, Fiti-- a adiestrarles previamente.

Una vez preparado el coche bomba, el comando situó los vehículos usados para huir y se dispuso a esperar la hora. Antes, Txistor se marcha en tren a Barcelona, para evitar que pueda ser identificado dada la cicatriz que le quedó en la cara en un atentado contra el GAL en Francia. Henri Parot y Jacques Esnal fueron los encargados de conducir el coche hasta el objetivo. Es el último el que activa la carga y sale corriendo. Solo tienen 1 minuto y 15 segundos de tiempo antes de la explosión.

Los tres terroristas huyen por la AP-2, en dirección a Barcelona. Unai se va en su R-11, Esnal en su Ford Escort y Jean Parot abandona el 205 y se marcha en tren. El destino de todos es Francia.

El comando francés cometió 22 atentados en España entre 1978 y 1988, con un resultado de 38 muertos y 178 heridos.