Las obras de peatonalización de la calle Don Jaime I podría quedar suspendidas cautelarmente en las próximas horas. Al menos eso es lo que deben haber pensado los responsables de urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza a tenor de la velocidad que se le ha imprimido a los trabajos comenzados en la segunda quincena de agosto. Ayer la rasante estaba ya igualada a la altura de la plaza del Pilar y a 20 metros de conectar con el paseo Echegaray. Y para vecinos y comerciantes de la zona no ha pasado inadvertida la actividad de operarios y maquinaria hasta casi el anochecer. Es obvio que se han agilizado y la suspensión cautelar pedida en el juzgado podría estar relacionado con ello, aunque para el responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, están «avanzando al ritmo previsto y en el plazo marcado» desde el principio.

Sin embargo, los plazos legales también avanzaban en paralelo a medida que se iba estrenando la calle peatonalizada por fases. La semana pasada, pese a no haber una inauguración oficial, los ciudadanos ya podían transitar por el tramo más próximo a la calle Mayor, anteayer se reabría al tráfico el cruce con Espoz y Mina, y ayer culminaba el plazo que tenía el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) para presentar alegaciones en el juzgado en respuesta a la denuncia presentada por un particular. un abogado zaragozano que señalaba al juez, como principal perjuicio a sus intereses, precisamente esa intersección, el cruce de Don Jaime I con la calle Mayor y la de Espoz y Mina, ya operativa.

Ahora el juez titular del juzgado contencioso administrativo número 2 de Zaragoza, el magistrado Javier Albar, conocido por el fallo que paró la remodelación de La Romareda, deberá pronunciarse sobre la petición de suspensión cautelar de las obras. Escuchada la réplica del consistorio, el fallo puede conocerse, ya a partir de hoy, en las próximas horas, y mantiene en vilo a vecinos y comerciantes. No solo al ayuntamiento. Porque, señalaban algunos de ellos ayer en declaraciones a este diario, «lo que conseguiría con la paralización de los trabajos es la peatonalización efectiva durante meses».

Hasta que se resuelva la causa y con las zanjas todavía abiertas en el tramo que conecta con el paseo Echegaray y el puente de Piedra, el daño que ocasionaría a comercios y residentes sería «mayor que el perjuicio denunciado y que ya ha culminado». Así que les queda esperar acontecimientos. A ellos y también a los que viven en la margen izquierda del Ebro para los que Don Jaime I es la vía de entrada al centro.

Una hipotética paralización, además, dejaría el tramo inacabado para las fiestas. En el punto por donde, por ejemplo, entran los oferentes individuales en la Ofrenda de Flores.