Las obras de desdoblamiento entre Mallén y Gallur empezarán este mismo mes de junio, según comunicó ayer la empresa adjudicataria a la primera localidad, en el curso de una reunión donde se abordaron las afecciones que pueden sufrir los diferentes servicios, desde la luz y el gas a las canalizaciones de agua.

«Los trabajos comenzarán esta semana o la que viene», manifestó ayer Rubén Marcos, alcalde de la localidad, que explicó que en la reunión con la adjudicataria había intervenido el arquitecto municipal.

«Las obras requerirán un abundante movimiento de tierras y es necesario saber dónde están los servicios de Mallén», agregó el regidor, que señaló que en el tramo Gallur-Figueruelas «ya hace un año que se trabaja».

Las obras entre Mallén y Gallur suponen desdoblar 14 kilómetros, por lo que el tráfico es posible que se ve afectado. Su coste está calculado en casi 50 millones de euros.

Se trata de una zona de intenso tráfico y una alta peligrosidad, como demostró el último accidente registrado hasta la fecha, en el que un vecino de Pamplona perdió la vida al colisionar con un camión el pasado domingo.

La N-232 pasa por el norte de Mallén, pegada al casco urbano. Tan pronto como entra en la Comunidad Foral de Navarra se transforma en una autovía de cuatro carriles (dos en cada sentido), la A-68.

La N-232 es, junto con la N-II, la carretera con mayor índice de siniestralidad de Aragón, tanto en el tramo entre Figueruelas y Mallén como en el comprendido entre El Burgo de Ebro y Alcañiz, donde hace años que se reivindica el desdoblamiento.

Su gran nivel de riesgo deriva en gran medida del hecho de que es una vía muy utilizada por los vehículos de transporte de mercancías que cubren la ruta entre el País Vasco y la Comunidad Valenciana. Hace 10 años, aproximadamente, se prohibido adelantar en los casi 40 kilómetros sin desdoblar entre Mallén y Figueruelas para evitar accidentes. Descendieron inicialmente, pero pronto volvieron a aumentar.