Uno de los futuros iconos arquitectónicos de Zaragoza, la torre de hasta 19 alturas en la céntrica plaza Europa echa a andar hoy con la aprobación definitiva, después de exposición pública y admitiendo algunas de las alegaciones recibidas, en el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) y, el próximo día 8, con la concesión de la licencia de construcción en la Gerencia de Urbanismo.

Se le dará el impulso definitivo a un proyecto que la empresa promotora, Ebrosa, quiere iniciar el próximo mes de abril. Al menos así figura en sus planes presentados al consistorio, empezando a trabajar en una urbanización que ahora le costará un 40% más cara que antes. Los 1,03 millones (855.111,81 euros más IVA) se han transformado en 1,4. Solo así mantendrá el objetivo intacto de finalizar la obra, con la que hará 216 pisos con aparcamiento y trastero, en julio del 2019.

Este incremento de costes es el resultado de prescripciones técnicas impuestas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), por tratarse de un suelo en zona inundable y sometido a las importantes afecciones del nivel freático en caso de crecidas del río. De hecho, algunas de las más relevantes son las de suscribir una «declaración responsable que exprese que conoce y asume el riesgo existente», e introducir en el proyecto medidas complementarias para el drenaje y bombeo de agua en el supuesto de que suba el freático. Para minimizar las afecciones futuras.

Otro de los condicionantes impuestos está relacionado con el análisis al que estará obligando a hacer de las aguas subterráneas que puntualmente puedan aparecer para evaluar si existe contaminación en ellas. De ser así, la CHE activaría el protocolo correspondiente. Y estará vigilante para que se cumpla. La parcela de la torre de Ebrosa, contigua al puente de La Almozara y colindante con las calles Guadiana y Sierra Vicor, se someterá además a un exhaustiva vigilancia y análisis de los posibles suelos contaminados que se encuentren durante la ejecución. Porque no sería el único punto donde han aparecido residuos pertenecientes a la antigua Industrial Química de Zaragoza, que cesó su actividad a finales de los años 70 del siglo pasado.

La promotora aprovechará el estiaje de este año para empezar a construir las cuatro plantas del sótano incluidas en la primera fase. La misma en la que se ejecutará, en solo cuatro meses, la parte de la urbanización centrada en la movilidad entre Sierra Vicor y la avenida de La Almozara. La segunda fase, donde se concentra la mayoría de los pisos, podría iniciarse en marzo del 2019 y duraría cinco meses.