Reducir los 456 millones de déficit de la Consejería de Sanidad y Bienestar Social será el principal objetivo de su titular, Ricardo Oliván, que ayer debutó en las Cortes de Aragón con una receta basada más en el ahorro que en la gestión y que pasa por el fomento de los medicamentos genéricos, sobre todo en el ámbito intrahospitalario, la disminución de los puestos directivos y la optimización del personal. Otra de las prioridades del consejero será también la reducción de los 260 días de demora media que se tarda en pagar a los proveedores, unos retrasos que provocan una "situación complicada" a estas empresas.

El aspecto económico de la consejería fue el más detallado por Oliván, que aterriza a la sanidad del mundo de la empresa y que desveló cifras y más cifras pero detalló escasamente cuáles serán las líneas prácticas su gestión. "Nuestro objetivo es la calidad y para ello antes tenemos que solucionar el déficit", aseguró el consejero ante las críticas de la oposición, que le acusó de centrarse en exclusiva en el terreno económico. La propia presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, aseguró ayer que el próximo Gobierno se verá obligado a inyectar fondos al sistema sanitario de las comunidades.

AUDITORÍA Trasfondo económico aparte, serán las comparecencias de los respectivos directores generales las que aporten detalle a la futura gestión de Oliván. Por eso ayer solo esbozó generalidades, con alguna salvedad: su apuesta por los genéricos, no solo en Atención Primaria, sino también en el entorno hospitalario --es decir, en las macrocompras que los centros sanitarios realizan a los proveedores--, el suministro centralizadado a través de las farmacias hospitalarias y de una central de compras y el establecimiento de un catálogo de medicamentos financiados.

Así, Oliván aseguró que el mayor margen de ahorro está "en el gasto intrahospitalario" pero no detalló en qué partidas se puede economizar "sin reducir la calidad del servicio que se presta al ciudadano", como él aseguró.

Sí avanzó que revisará las plantillas y acometerá la optimización de los recursos, reduciendo los puestos directivos y haciendo "que el personal trabaje más, pero también mejor". Estará por ver si acepta la sugerencia de IU, de modificar los horarios de los médicos para evitar las peonadas, la actividad quirúrgica de tardes que se paga aparte. Oliván confía para ello en las dos mesas de coordinación, la de los colectivos sanitarios y los sociales, y en el "convencimiento de que todo el mundo interiorice y se implique" en la situación actual. Y eso que el mundo del personal sanitario es duro, crítico y reivindicativo.

También aclaró que solo se concertará cuando después de esta optimización "resulte más económico" que prestar el servicio en el sistema público. De hecho, Oliván llegó a sugerir que la cifra millonaria que se destina a este concepto se reducirá.