No podía terminar esta legislatura sin su correspondiente debate sobre la dependencia. Cuatro años. Cuatro. Y no se ha avanzado ni un ápice. El consejero del ramo, Ricardo Oliván, se ha pasado toda la legislatura hablando de la herencia, esas personas muertas que recibían prestación en la etapa socialista. Mientras tanto, la comunidad se ha desplomado en la prestación de este servicio; es la segunda peor. La lista de espera es de 7.023 personas y apenas el 48% de los que tienen derecho a recibir prestación la tiene.

Oliván se ganó la reprimenda de toda la oposición, otra más. La primera, de Mariví Broto (PSOE), que fue la que formuló la pregunta sobre la situación de la dependencia en Aragón. Y la que desgranó algunos datos, como esas 7.023 personas que están esperando; o los 8.558 dependientes de grado medio que deberán recibir atención desde julio, y que podrían sumarse a la demora de un servicio en el que, durante la gestión del consejero, murieron casi 3.000 aragoneses aguardando una ayuda a la que tenían derecho, según el informe de la Cámara de Cuentas.

Pero ningún dato parece hacer mella en este consejero, que ayer incluso se permitió decir que la media de retraso en la concesión de la prestación, que es de 862 días en Aragón --más de dos años--, está dentro de la ley. Algunos de los aragoneses que murieron esperando la dependencia llevaban más de mil días. Ninguna cifra, por más sonrojante que sea, afecta a Oliván, que se tuvo que oír, eso sí, de la portavoz del PSOE que su gestión es de "vergüenza" y que deja una "triste y cruel herencia".

Patricia Luquin (IU) exigió a Oliván que pida perdón a aquellas familias que esperaron más de 1.000 días la prestación. Para luego, dijo, "marcharse por la puerta de atrás porque su gestión ha sido lamentable y bochornosa". En su opinión hay una "deficiencia evidente" en el sistema, con falta de oferta en más de la mitad de los servicios.

Carmen Martínez (CHA) lamentó que Aragón no tiene suficiente consignación presupuestaria para la dependencia.