El hospital Quirón de Zaragoza ha operado ya a 25 pacientes para la eliminación de la diabetes con una tasa de éxito del 100%, dado que en todos los casos la enfermedad ha mejorado, y del 80% en la eliminación total de la enfermedad. Así, 18 de los pacientes operados se pinchaba insulina y siete se medicaba con pastillas. Ahora ninguno de ellos debe ponerse insulina y solo cuatro siguen con las pastillas, aunque es posible que se les retire la medicación en breve.

Estos son los alentadores resultados preliminares de una intervención quirúrgica que comenzó a practicarse el pasado mes de febrero y cuyos resultados se presentarán en el congreso de la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad. "Barajábamos inicialmente cifras de éxito que oscilasen entre el 80% y el 90% por lo que estamos muy satisfechos", explica el jefe del servicio de la unidad de Cirugía Laparoscópica de Quirón, Jorge Solano.

Esta intervención se realiza exclusivamente en el ámbito privado --solo el material que se usa para una sola intervención cuesta 4.000 euros-- y Quirón Zaragoza tiene capacidad para operar a más de 150 pacientes al año. La cirugía consiste en realizar un cortocircuito (un empalme) entre el duodeno y la parte superior del intestino delgado reduciendo así el tiempo en el que el cuerpo absorbe las calorías de la comida. El duodeno es el primer segmento del intestino delgado y gracias a la operación se logra que la comida no pase por él y por las inmediaciones del páncreas.

REGULACIÓN "En el duodeno está el origen de la señal metabólica que causa la resistencia a la insulina. Esta señal está posiblemente exagerada o mal sincronizada en los pacientes diabéticos, impidiendo la regulación correcta de los niveles de insulina y de glucosa en la sangre", indica Solano. Es decir, se impide que la comida pase por la zona del intestino donde se activan las hormonas que no dejan a la insulina actuar correctamente.

Esta intervención solo está indicada en pacientes que padecen diabetes tipo 2 (el 90% de los afectados) mal controlada, que requieren mucha insulina o están a punto de necesitarla, con una edad comprendida entre los 18 y 60 años, con existencia de reserva pancreática --es decir que su páncreas todavía funcione mínimamente--, una diabetes de menos de 10 años y con cierta obesidad --de 14 a 20 kilos de más--.

Solano calcula que alrededor de un millón y medio de diabéticos españoles podría beneficiarse de esta técnica, que se basa en los fundamentos de la cirugía para la obesidad. La operación se prolonga de 35 a 50 minutos y usa técnicas laparoscópicas: se realizan cuatro agujeros de diez milímetros cada uno en el abdomen del paciente o un único orificio a través del ombligo.

El paciente suele estar 48 horas ingresado en el hospital y en gran parte de los casos sale del mismo ya sin medicarse.