En junio, un equipo de cirujanos ginecológicos y plásticos del Miguel Servet retomó un tratamiento con masectomía bilateral que permitió la reconstrucción con tejido del propio abdomen de las mamas de una paciente con cáncer. "Es una operación laboriosa, de microcirugía, pero los resultados están siendo buenísimos e interesantes", precisó el doctor Antonio Antón.

La técnica permite que, de forma inmediata tras la retirada del tumor, los sanitarios procedan a recrear ambos senos con tejido de su glúteo, abdomen o muslo interior. Una situación muy diferente a la tradicional, donde la mujer era operada, luego se sometía a la reconstrucción con implantes y, por último, debía someterse a otra intervención para quitar el expansor de la prótesis y colocar la definitiva.

El beneficio de esta operación es que, cuando la cirugía acaba, la evolución es la de un pecho normal. Pero también hay un plano psicológico que los expertos destacan, dada la satisfacción que sienten las pacientes y la reducción del número de secuelas. Por otro lado, durante esta reconstrucción también se evita la aparición del linfedema, que se produce al extraer uno o más de los ganglios linfáticos del área de la axila.