Neurocirujanos del Hospital Miguel Servet de Zaragoza han llevado a cabo, por primera vez en Aragón, una operación a un niño enfermo de Moya-moya, una rara patología vascular descrita en los años cincuenta en Japón que consiste en un estrechamiento de los vasos que nutren el cerebro.

Al niño, que hace vida normal en su casa, se le realizó una revascularización cerebral en dos intervenciones distintas, en julio de 2013 por primera vez y, posteriormente, en abril de este año, para solventar el problema, por los doctores David Fustero y Javier Orduna, neurocirujanos del Hospital Infantil del Miguel Servet de Zaragoza, ha informado el Gobierno de Aragón. En las intervenciones ha colaborado el doctor Luis González Martínez, responsable de la Unidad de Neurocirugía Vascular del servicio de Neurocirugía del Miguel Servet.

Los facultativos también han intervenido otro caso, del que apenas hay 50 publicados en el mundo, de una craneosinostosis polisutural completa (crecimiento anómalo de los huesos de la cabeza) a un niño de dos años que se encuentra ya en su casa en perfecto estado de salud.

Respecto a la enfermedad de Moya-moya, que consiste en un estrechamiento o estenosis que impide que llegue el flujo sanguíneo de forma adecuada a una gran parte del cerebro, tiende a progresar y se manifiesta con infartos cerebrales, entre otras afecciones vasculares, sobre todo en el caso de los niños. En el caso detectado en Aragón, se trató de un pequeño que sufría estos infartos sin causa conocida.

Tras las pruebas pertinentes (un estudio de los vasos sanguíneos por angiografía) se confirmó que el niño padecía el síndrome de Moya-moya y, aunque en ocasiones se tratan estos procesos con medicación, el equipo médico consideró que era preciso operar con el objetivo de mejorar el flujo sanguíneo cerebral y prevenir posibles futuros infartos.

La operación, que se hacía por primera vez en Aragón, consistió en revascularizar la zona valiéndose de la arteria carótida externa, que no estaba afectada.

A la complejidad propia de toda neurocirugía y el inherente riesgo quirúrgico, se sumaba el hecho de que se trataba de un niño y con una red vascular enferma, han agregado las mismas fuentes.

No tiene unos vasos sanos, sus paredes son más finas de lo normal y, además, al ser un niño las arterias son aún más pequeñas, han explicado los doctores Fustero y Orduna. "En este caso, la arteria receptora del bypass (que era la más grande) era de menos de un milímetro", ha añadido Orduna, quien ha matizado que se intervinieron los dos lados del cerebro en dos operaciones distintas y que fue un caso "técnicamente muy complejo, muy exigente".

Por otra parte, el pasado mes de junio también se intervino por primera vez en Aragón un caso de craneosinostosis polisutural compleja (crecimiento anómalo de los huesos de la cabeza). Habitualmente se opera a una quincena de niños cada año por este problema, pero el proceso de junio era especialmente complicado con menos de cincuenta casos publicados en el mundo.

"Teníamos que ampliar el cráneo para que el cerebro pueda crecer y el niño se desarrolle con normalidad", ha comentado uno de los neurocirujanos. Los especialistas contaron para esa ocasión con un apoyo de lujo, al colaborar con los neurocirujanos aragoneses el doctor José Hinojosa, el especialista con más experiencia de España en este campo.