FETE-UGT lamenta que una vez más la Administración educativa aragonesa, de la mano de FAPAR, haya impuesto su criterio sobre el del profesorado manteniendo en la reciente Orden de Evaluación en la ESO las pruebas extraordinarias en junio en vez de en septiembre. En otras comunidades autónomas, donde las consejerías de Educación comparten color político y creencia de que las pruebas extraordinarias no pueden tener cabida en las etapas obligatorias y que una forma de desactivarlas, cumpliendo el imperativo legal, es hacerlas a continuación de la continua, no ha ocurrido así.

Una vez mantenidas en la LOE y escuchado las razones de sus profesores, que valoran negativamente la experiencia de estos cuatro años, en su normativa autonómica han cambiado la fecha a septiembre. Ha sido el caso de Asturias, Castilla La Mancha y Andalucía, por ejemplo. En cambio, el profesorado aragonés se encuentra en la tesitura de explicar a la opinión pública algo difícilmente explicable: las razones por las que en una cuestión que entra de lleno en lo técnico --el qué, cómo y cuándo evaluar-- los padres y los políticos sigan yendo a la contra del criterio de los profesores.

EL ARGUMENTO del profesorado es tan simple, y de tan sencillo sentido común, que todavía resulta más increíble que no se le haya escuchado: una evaluación extraordinaria no tiene ningún sentido hacerla a los pocos días de finalizada la evaluación continua de todo el curso. No se le está dando al alumno ninguna oportunidad, pues no ha habido tiempo suficiente para un proceso de trabajo que le permita recuperar las deficiencias en su aprendizaje que han determinado su suspenso.

La LOE dice "con el fin de facilitar a los alumnos la recuperación de las materias con evaluación negativa, las administraciones educativas regularán las condiciones para que los centros organicen las oportunas pruebas extraordinarias" (Art. 28.4). La Administración educativa aragonesa no cree que el profesorado quiera facilitar la recuperación de los alumnos, sino que opina que "los suspensos de los alumnos son también responsabilidad de los profesores" y piensa que eludimos nuestra responsabilidad cuando "los mandamos a casa todo el verano, sin ningún tipo de control, para que vuelvan en septiembre a hacer un examen" (sic).

Ofende que tenga en tan bajo concepto a su profesorado, que da lo mejor de sí mismo durante todo el curso para que el alumnado alcance el éxito académico. Un profesorado que prepara detallada y pacientemente un plan de trabajo a cada uno de los alumnos que suspenden, y hasta a los que aprueban pero necesitan mejorar o reforzar determinadas cuestiones, para que lo consigan en el verano. Un profesorado que trata de implicar a los padres para aunar esfuerzos en beneficio del hijo-alumno. Que cuando evalúa no se limita a hacer un examen. Que hace muchos años que evalúa con muchos más instrumentos mucho más completos y fiables que un simple examen.

¿Qué quiere decir que los profesores "mandamos a los alumnos a casa todo el verano"? ¿Es que piensa que ni el alumnado ni el profesorado deberíamos tener vacaciones? El profesorado tiene, además, las oposiciones, los intercambios y cursos en el extranjero, las universidades y escuelas de verano y los procesos de adjudicación a los que tiene que concurrir para que le sea asignada su plaza para el siguiente curso. Las familias tienen la opción de marchar de vacaciones con sus hijos en las fechas de julio y/o agosto que sus empresas les asignan. Así es como está organizado, y no es una organización que hayamos impuesto los profesores. En todo caso, debería ser la Administración educativa la que debería tomar la iniciativa para organizarlo, si sabe y puede, de otra manera.

LOS PADRES que se pronuncian a favor de seguir haciéndola en junio argumentan que los resultados en las comunidades que han optado por septiembre no son mejores. De facto y antemano consideran que dicha oportunidad no hay que darla porque se desaprovecha. ¿Sería así si asumieran su responsabilidad de motivación y control sobre los hijos? ¿Ese control que el profesorado nos permitimos esperar y la Administración da por hecho que no existe? ¿No es posible, educativo y deseable compaginar el tiempo, distinto de la rutina escolar, de viajes y disfrute, de playa, piscina y lugar de veraneo con un tiempo administrado para el repaso y la recuperación de lo pendiente?

FETE-UGT considera que con motivación, organización y autodisciplina y con control de los padres, sí. Claro, que esto debería estar asumido, al menos en cierta medida, durante todo el año, no sólo en el verano.

Secretaria general de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT-Aragón