Los presupuestos del 2017 han iniciado en las Cortes su tramitación parlamentaria con cinco meses y medio de retraso y precisamente esta dilación es lo que llevó ayer a los portavoces de PP, PAR y Ciudadanos, y también aunque más tímidamente los de Podemos e IU, a dudar acerca de que puedan ser ejecutados en su totalidad. Esto se debe a que no se aprobarán hasta mayo y que, además, en el ejercicio pasado el Ministerio de Hacienda decretó el cierre presupuestario en agosto.

«No lo van a ejecutar, y lo saben», enfatizó el diputado popular Antonio Suárez, mientras que desde el PAR Elena Allué, además de calificarlos de «irreales» dijo que tienen «muy poco recorrido» y que el debate presupuestario va a servir «de poco». En este sentido, la diputada de IU Patricia Luquin exigió al gobierno un «compromiso de ejecución» que el portavoz socialista, Javier Sada, se ha encargado de asegurar: «No hay duda» de que se cumplirán «de forma altísima».

Sin embargo, para Suárez estos presupuestos «solo sirven a la mitad de los aragoneses» y «enfrentan» a unos ciudadanos contra otros; son las cuentas del engaño en lo que a la inversión se refiere.

Elena Allué apuntó que son «irreales», que tienen «los mismos o parecidos» agujeros que los del 2016 y que sigue habiendo partidas infradotadas, como las nóminas de Sanidad, el fondo de contingencia, el IAI o la agroalimentación, el desarrollo rural y el turismo, que aunque suben, no compensan las bajadas del ejercicio anterior.

Desde Ciudadanos, Javier Martínez, advirtió de que el proyecto de ley es un «auténtico espejismo» e «impropio de un gobierno serio», porque está plagado de «ingresos maquillados, promesas incumplibles, cifras falsas y partidas infradotadas», lo que le hace colocarse «a caballo entre Alicia en el País de las Maravillas y Los Mundos de Yupi» y demuestra que el gobierno ha hecho «oídos sordos» a lo que la oposición le ha dicho.

Podemos no siente estos presupuestos como suyos, pero Echenique consideró que incluyen «cosas buenas gracias a unas negociaciones sin duda duras» entre Podemos y PSOE, con unos compromisos que la formación morada cuantifica en 103 millones de euros, además de con «mayores cotas de garantía» de cumplimiento ante la «habilidad» que a su juicio tiene el PSOE para «saltarse» los pactos.