«Sin capa de ozono estaríamos literalmente fritos. No habría vida en la tierra». La frase de Alberto Virto, delegado del Colegio Oficial de Físicos en Aragón y vicepresidente del colectivo nacional, da una idea de lo dañinos y perjudiciales que serían los rayos solares si dicha capa no ejerciera como filtro. «Su presencia en la atmósfera es vital, de ahí la importancia de cuidar el medioambiente. Si no tuviéramos capa de ozono o si cada vez la perjudicamos más, la incidencia de los cánceres y afecciones de salud se incrementarían de forma espectacular», reiteró Virto.

Según el tipo de energía que contienen los rayos del sol se diferencian tres tipos de luz: rayos UVA, rayos UVB y UVC. «Los UVA son los que envejecen a las células de la piel y pueden dañar su ADN. Estos están asociados al daño de la piel a largo plazo, con la aparición de las arrugas, pero también se considera que desempeñan un papel en algunos tipos de cáncer», comenta Virto.

Por su parte, los rayos UVB «tienen un poco más de energía» que los UVA y son «muy malos», según este físico. «Pueden dañar directamente al ADN de las células y son los rayos principales que causan quemaduras de sol. Se cree que causan la mayoría de los cánceres de piel», apunta Virto. Por último, los UVC «son los rayos más potentes» que emite el sol, «pero no penetran en nuestra atmósfera», añadió.

CINTURONES VAN ALLEN

El sol emite continuamente al exterior en su mecanismo ordinario de funcionamiento lo que se denomina viento solar. «Parte de este viento llega a la Tierra en forma principalmente de electrones, protones y radiación electromagnética que va desde la radiación gamma, rayos X o ultravioleta», cuenta Virto. «Gracias a los cinturones de Van Allen (que rodean el planeta) y de la atmósfera terrestre no nos llega toda esta radiación o si nos llega está muy amortiguada», argumenta el físico.

Pese a esta ello, Virto insiste en que «hay que tomar precauciones» contra los rayos que llegan. «En verano es importante con el sol, pero también cuando hay nubes. Eso es lo malo de la radiación ultravioleta, que las nubes no impiden su paso y, aunque creamos que no nos llega, sí que lo hace», dice.

Virto incide, además, en que hay que protegerse de los UVA «tanto si estamos en una piscina (porque estamos sin ropa, camisa o zapatos) o en la playa, pero ojo también si estamos en la montaña, principalmente en zonas no cubiertas de ropa como cara y brazos», señala. «En la temporada de esquí hay que tener mucho cuidado con los llamados rebotes de los rayos, que se dan en la nieve. Unas buenas gafas de sol son fundamentales para filtrar todos los rayos», insiste este físico.

La luz solar es la fuente principal de la radiación ultravioleta, pero también es «necesario» para la salud, entre otras razones porque es la principal fuente de vitamina D. «Todo en exceso es negativo, pero con precaución es vital. La luz ayuda a mejorar el ánimo», añade.