Mejorar los mecanismos de información para evitar desalojos de nichos en el cementerio de Torrero en los casos en los que no hay consenso familiar sobre el mantenimiento de la concesión. Eso es lo que reivindica otra familia que se ha visto sorprendida en Zaragoza por el traslado de uno de sus seres queridos a la fosa común después de que el titular --un primo-- decidiese renunciar al nicho sin avisar al resto de los allegados del fallecido. En los últimos días se han dado a conocer, con este, tres casos en los que las visitas al cementerio han acabado con una desagradable sorpresa al ver la tumba vacía o incluso ya ocupada por otra persona.

Solo en uno de ellos se debió a un error municipal, tal y como reconoce el propio Ayuntamiento de Zaragoza, y en los otros dos restantes se ha debido a cierta descoordinación entre los miembros de las familias. Es decir, la persona que es titular de la tumba se persona para ceder el nicho al consistorio, de modo que el servicio procede a trasladar los restos a la fosa común. Es lo que le sucedió a esta familia zaragozana, que demanda mejorar el sistema de información para evitar "momentos dolorosos" a las familias.

Como el que vivió el pasado mes de diciembre cuando la madre acudió al cementerio, como hace periódicamente, para ver a sus familiares y comprobó que el cuerpo de su suegro ya no se encontraba en su nicho. Tras pedir explicaciones al consistorio, descubrieron que el titular del nicho --había pasado tras sucesivos fallecimientos de generación en generación-- había decidido unilateralmente dejar la concesión.

Sin dar marcha atrás

"Ni hubo pegatina en la tumba ni ninguna forma de aviso al resto de la familia", que, asegura, se hubieran hecho cargo de los pagos para mantener la concesión. "Entendemos que el ayuntamiento ha hecho lo reglamentario pero no nos parece bien que no se tenga en cuenta al resto de los familiares", asegura esta afectada, que ha intentado también que se recuperen los restos de su abuelo de la fosa común.

Lo cierto es que está situación no es ajena al servicio municipal de Cementerios que ven como, periódicamente, se producen estas situaciones por desconocimiento y por falta de coordinación familiar. De hecho, en ocasiones la titularidad de las concesiones, que son cada cinco años o cada 49 --en este último caso también se paga anualmente una cantidad-- es de personas que no son las más cercanas al fallecido o que no tienen la misma sensibilidad respecto a estos temas que otros familiares.

Fuentes del consistorio, por su parte, explicaron que han actuado conforme a los procedimientos reglados y que "no es quien para pedir una prueba de unanimidad familiar" en las renuncias.