Cuatro buceadores de la Guardia Civil se incorporaron ayer al equipo que rastrea desde hace doce días el fondo del embalse de Canelles en busca de un cazador que cayó al agua al volcar la barca en la que se desplazaba junto a un grupo de compañeros de batida.

Los especialistas realizan inmersiones de 20 a 30 minutos de duración a una profundidad máxima de cincuenta metros, y se sirven de un robot teledirigido provisto de una cámara para rastrear las zonas más hondas, a más de setenta metros bajo la superficie.

Así lo ha asegurado a Efe el cabo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) con base en Huesca Óscar Lemos, para quien una de las mayores dificultades es la visibilidad a baja profundidad, con linternas que ofrecen a los especialistas un campo de visión de unos dos metros. Explicó que su grupo dispone de técnicas de trabajo para no remover los fondos de lodo del embalse y provocar una turbidez en el agua que impida la labor de los especialistas que rastrean el fondo del embalse en busca del cazador, un vecino de 64 años que solía cazar en la zona. Para garantizar la seguridad los GEAS se han dotado de una cámara hiperbárica por la que deben pasar los buceadores para realizar la descompresión.