Pablo Iglesias Turrión (Madrid, 1978), profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense, analista y ahora candidato del movimiento Podemos a las elecciones europeas. Ayer estuvo en Zaragoza para presentar la iniciativa. Acudieron cientos de personas. Tanto que el acto, previsto en el Centro de Historias, tuvo que trasladarse a la plaza San Agustín.

--¿Qué representa Podemos?

--Es una iniciativa para ilusionar a la gente y dar una sorpresa en las elecciones europeas. Hay un guión que plantean los poderosos y que es que, en estos comicios, o gana el PP o lo hace el PSOE. La gente está hasta las narices de eso. Nosotros salimos a por todas. No somos un partido político, ni una coalición de partidos. Somos una iniciativa que sirva para que ese espíritu que hemos visto en las calles de indignación, que tiene que ver con las mareas, con el 15M se pueda convertir en un gesto electoral. No representamos a esos movimientos sociales, ni queremos. Pero pensamos que en momentos de excepción, cierta audacia en el discurso y en el método puede ser un revulsivo.

--Recogen todo el jugo del descontento de la ciudadanía.

--Con todo el respeto. Cualquiera que diga que representa a los movimientos es un farsante. Somos una iniciativa que quiere dar protagonismo a los ciudadanos. Tendrán que ser ellos los que digan si lo que planteamos les gusta y lo hacen suyo. Respetamos a los partidos. Son condición necesaria para que pasen muchas cosas, pero no suficiente. Y eso lo demostró el 15M. Ahí se vio que las organizaciones tradicionales no se bastaban por sí mismas para expresar un sentimiento mayoritario de indignación. Si nosotros podemos romper el guión previsto, habrá ganado la gente, no nosotros.

--Y una vez en Europa, ¿qué? Ya están dentro del sistema.

--No hay un dentro y un fuera. Cualquier persona que sufre los recortes está en el sistema. Las instituciones son ineludibles en la vida de la gente. Donde hay poder debe haber democracia, y debemos ocupar esos espacios. Diremos que el problema no es Europa, sino unas instituciones que sirven al poder financiero.

--¿El siguiente paso serán las elecciones autonómicas?

--La gente dirá.

--¿En qué se diferencian, por ejemplo, de IU?

--Mi compañera y mi padre militan en IU. Les tendemos la mano y queremos que construyan esto con nosotros. Pero las estructuras de partido no sirven para romper esa disociación entre la gente y la política. La calle ve a los políticos como una casta, que gana mucho dinero y a la que no le afectan los recortes. Lo ocurrido en Burgos es un ejemplo de lo que nos gustaría ser. Queremos devolver a la gente su derecho a decidir.

--¿Le da vértigo el momento en el que tenga que llevar todas estas ideas a la práctica?

--Quien no quiera asumir dificultades y contradicciones que no esté en política. También es difícil para una familia salir adelante o buscar trabajo con 50 años. Tengo claro lo que hay que hacer. Las políticas de este Gobierno y el anterior son barbaridades, que suponen hacer caso a poderes exteriores que ponen en riesgo la seguridad de los ciudadanos.