El Pacto del Agua al que llegaron las fuerzas políticas aragonesas en 1992 y que fue vendido como un hito ejemplar de consenso en materia hidráulica, ha sufrido numerosos avatares en sus primeros 25 años de vida. Poco o nada queda de aquel gran acuerdo para regular y planificar las reservas hídricas de la comunidad mediante el acuerdo de más de 145 obras de distinta envergadura y de mayor o menor confrontación entre los vecinos del llano y los de la montaña. Aquel pacto, que intentó conciliar diversos intereses y que pretendía dotar de riego a miles de hectáreas, contempló la construcción de al menos una decena de presas polémicas. El paso del tiempo ha dejado todas ellas prácticamente sin hacer, paralizadas por resoluciones judiciales o decisiones políticas.

El último caso, el polémico embalse de Biscarrués, cuyo anteproyecto ha sido anulado por la Audiencia Nacional esta semana al considerar que faltan informes ambientales y se actúa sobre el propio curso del río. Estas son algunas de las obras y su estado tras 25 años de pacto que, hoy, parece reclamar a gritos una revisión.

1 / YESA, UN PRESUPUESTO QUE SE CUADRUPLICA

El mayor embalse del pacto, con una capacidad de 470 hectómetros cúbicos que se pretendía incrementar mediante el recrecimiento hasta los 1.525 hectómetros cúbicos. Con un presupuesto inicial de 19.000 millones de pesetas (120 millones de euros), los distintos avatares de la obra y sus modificados han cuadruplicado el presupuesto. La intención era dotar de agua del Aragón a los regadíos modernizados de Bardenas, unas 80.000 hectáreas, a pesar de que el canal no tiene capacidad para asumir más agua.

La oposición de los habitantes de la zona fue y sigue siendo muy contundente. En el año 2004 fue desestimada una alternativa consistente en elaborar balsas laterales que no causaban afecciones en la población y garantizaban el suministro al regadío con esa red de embalses en tránsito. La propuesta, salida de la Fundación de la Nueva Cultura del Agua, fue desestimada. Yesa ha sido llevada a los tribunales sin éxito por parte de los demandantes, colectivos que se oponen a este gran pantano. Y también se llegó a enjuiciar a ocho opositores a Yesa por una manifestación en la que hubo incidentes con la Guardia Civil.

Un pantano que está en cuestión por informes geológicos que consideran que las laderas son inestables y no soportarían un terremoto de determinada magnitud. De hecho, las laderas han sufrido deslizamientos, algunos de tal magnitud que amenazaron con inundar el vaso principal. Otros han provocado el desalojo de una urbanización y la inestabilidad de las laderas es una realidad para la que el ministerio ha dedicado una buena inversión económica con la intención de consolidarlas. Hoy por hoy, Yesa sigue en construcción, aumentando su presupuesto y con la incertidumbre sobre su futuro funcionamiento recrecido, algo que parece improbable.

2 / BISCARRUÉS, ANULADO POR LA JUSTICIA

Otro de los grandes embalses proyectados en la margen izquierda del Ebro, en la cuenca del Gállego, que ha generado años de polémica y que ha acabado enterrado por una sentencia de la Audiencia Nacional, que da la razón a los colectivos y los ayuntamientos que consideran un atentado ecológico este embalse en un río muy regulado y que apenas en un 15% tiene su curso natural. En 1987 se proyectó un pantano de 192 hectómetros cúbicos para dotar de agua a Riegos del Alto Aragón, concretamente para los nuevos regadíos de Monegros. Aquella capacidad acababa inundando el valle, provocando graves años ambientales y dejando sin futuro a una población que vive en gran parte del turismo y los deportes de aventura. Tras varios impactos negativos, en el 2006 a partir de la creación de la Comisión del Agua, se plantean tres opciones. O un Biscarrués a 192 hectómetros cúbicos, a 35 hectómetros o nada. La ministra Narbona rechazó el gran embalse, a pesar de la oposición del PP y los regantes, y se comenzó la tramitación del de 35 hectómetros cúbicos, que tuvo informes de impacto negativos. Ante esta disyuntiva, se proyectó --fuera del consenso de la mesa-- con Arias Cañete un embalse a 35 hectómetros cúbicos, el de Biscarrués, junto a una balsa en Almudévar de 120. Esta, ya adjudicada. El de 35, parado por los jueces. Y la polémica sigue.

3 / JÁNOVAS, EJEMPLO DE INJUSTICIA Y TENACIDAD

Un pueblo del Ara dinamitado en los 60 por la resistencia de sus habitantes a abandonar sus casas para ver anegado su valle. Incidentes con la Guardia Civil y expropiaciones para que todos esos terrenos fueran propiedad de la CHE e Iberdrola pudiera generar energía eléctrica. 40 años después, en el 2001, con la ministra Isabel Tocino, los informes indicaron que el embalse era inviable y se descartó definitivamente en el 2005, a pesar de que en el Pacto del Agua se contemplaba un embalse de 354 hectómetros cúbicos. Desde el 2005 se ha producido la reversión a los antiguos propietarios del municipio, que le han devuelto la vida restaurándolo, después de 50 años de lucha contra una expropiación injusta, como sucedió con otros pueblos, como Lavelilla o Lacort.

4 / DE SANTALIESTRA A SAN SALVADOR

En el 2001, la Justicia declaró ilegal un embalse que inundaba el valle del Ésera para dotar de agua a los regantes del Canal y Cataluña. Santaliestra era el tercer gran embalse proyectado en el Pacto del Agua, resultado de proyectos anteriores, como Campo y Comunet, que generaron ya en la dictadura una férrea oposición en la Ribagorza. También sucedió con Santaliestra, y la Justicia --como ha ocurrido con Biscarrués-- dio la razón a los municipios afectados. El proyecto y las expropiaciones eran ilegales. Esto sucedía en el 2001, días antes de que el Gobierno fuera a colocar la primera piedra. En el 2004 se adoptó una solución salomónica. Se aparcaba el proyecto y se optaba por una balsa aguas abajo, en el llano, concretamente el embalse de San Salvador, aceptado por los regantes y que evitaba afecciones sociales. Hasta hoy, y junto a las balsas laterales del Matarraña, el mejor ejemplo de cómo la planificación hidrológica y la modernización del regadío no está reñida con el respeto medioambiental y social aguas arriba.

5 / EL VAL, UN EMBALSE INSERVIBLE

Para regular el Val y con aportaciones trasvasadas del Queiles, se proyectó en los Fayos este embalse, que está construido pero que sufre una severa contaminación de las aguas. Además, una vez hecho se ha comprobado que no sirve a los regantes.

6 / MULARROYA AVANZA A PESAR DE LA POLÉMICA

El embalse de Mularroya, para abastecer a 44 comunidades de regantes del Jalón, tardará aún cuatro años en estar construido, después de varios parones por sentencias judiciales que consideraron nulas las declaraciones de impacto ambiental al tiempo que aseguraban que generaría problemas de abastecimiento en numerosas localidades del Jalón y del Grío. Este embalse regulador de más de 100 hectómetros cúbicos ha sufrido ya numerosos desfases presupuestarios y su viabilidad está en entredicho.

7 / SANTOLEA, UN NUEVO PROYECTO

El recrecimiento de esta presa, que se construyó causando el abandono del pueblo que le da nombre, tiene un nuevo proyecto desde el 2015, cuando se descartó el de recrecimiento al detectarse deslizamientos en laderas. Con 26 millones de presupuesto estimado, tendrá una capacidad de 82 hectómetros cúbicos para los regantes del Guadalope.

8 / LECHAGO, EL PANTANO SIN DEMANDA

Tras 60 millones de inversión, el pantano está hecho pero los regantes no pueden pagar el alto coste del bombeo.