El padrastro y la abuelastra de Naiara, la niña de ocho años presuntamente asesinada en Sabiñánigo (Huesca) por el hermano de su padrastro a causa de una brutal paliza, comparecieron ayer como investigados ante la juez de Jaca que lleva el caso, que mantiene bajo secreto desde que se produjo el crimen.

Ambos, tras ser asesorados por su abogado, se negaron a prestar declaración ante la responsable judicial y ratificar las manifestaciones hechas hace unos días ante los investigadores de la Guardia Civil. El letrado alegó que no podía defender de forma adecuada a sus clientes sin acceder previamente al sumario del caso, por lo que les recomendó mantener silencio hasta que la jueza levante el secreto de las investigaciones.

Al parecer, ambos investigados manifestaron ante la Guardia Civil que conocían que Naiara era objeto de «castigos» por parte de su tío político, en prisión por un presunto delito de asesinato desde el pasado 9 de julio, pero cuestionaron que fueran de carácter brutal desde tiempo atrás.

El padrastro de la niña llegó a informar a los agentes que sabía que su hermano castigaba a la menor por negarse a estudiar y que incluso le llegó a enviar un vídeo que mostraba a la víctima de rodillas sobre granos de sal.Las fuentes citadas destacaron que el padrastro no llegó a informar a la madre, la argentina Mariela Alejandra Benítez, de estos castigos, que no consideró especialmente graves, para no preocuparla.

Naiara ingresó el pasado 6 de julio en la uci del hospital Miguel Servet con graves lesiones en su cuerpo, especialmente en la cabeza, y murió un día después a pesar de los esfuerzos realizados por los médicos. Según la investigación, fue el propio tío de la niña, Iván P.P., de 33 años, quien alertó a los servicios de emergencia, aunque en un primer momento informó de que la menor se había caído por la escalera. Tras su detención, el propio sospechoso manifestó ante la Guardia Civil ser el autor de las graves lesiones.