Los gritos de desconsuelo de una niña de 11 años que procedían del interior de un turismo alertaron en la madrugada del domingo a una patrulla de la Policía Local de Zaragoza que acababa de observar que dos vehículos estaban estacionados de forma irregular en la calle Lastanosa, en el barrio Delicias. Cuando se acercaron al coche vieron a la menor llorando, mientras alertaba que su padre la había abandonado ahí, que se había ido a tomar unas cervezas y que no sabía en dónde estaba.

Ante la situación de nerviosismo, los agentes trataron de calmarla, al tiempo que le señalaban que iban a ir a buscar a su padre y que todo se iba a solucionar. Mientras llegaban más efectivos, el progenitor, identificado como C. A. A. Q., de 34 años, salió del bar Zoom Latino, que está situado en la calle donde había aparcado mal el coche. Según fuentes policiales, este hombre se sorprendió ante el despliegue policial, si bien admitió a los propios policías que había entrado al bar «a tomarse una cerveza, pero que finalmente fueron nueve o así».

Una situación que trató de justificar C. A. A. Q., aunque para la niña de 11 años no había excusas para haberla dejado ahí sola y en medio de la madrugada durante más de tres horas. «Mis padres están divorciados, este fin de semana le tocaba a mi padre», señaló la menor, que vive junto a su madre. Mientras unos agentes estaban atendiendo a la menor y al padre, otros entraron al establecimiento de ambiente latino en el que el responsable resaltó que C. A. A. Q. había estado tomando cervezas dentro de su bar, pero que no se acuerda exactamente el tiempo que pudo estar en su interior, que pudo ser una hora o más, según fuentes policiales.

Como muestra de una presunta responsabilidad, este hombre advirtió a los agentes que ante su estado de embriaguez que no iba a coger el coche para irse a casa. No obstante, los agentes le detuvieron no por un delito contra la seguridad vial que no llegó a cometer, sino por un delito contra las relaciones familiares al no cumplir los deberes legales con respecto a la menor. El vehículo fue trasladado al depósito municipal y, además del arresto, la Policía Local le sancionó por aparcar mal.

C. A. A. Q. fue trasladado ante el Cuerpo Nacional de Policía, donde fue asistido por su abogado Javier Fernando Ferreira. Ante los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional prefirió no prestar declaración y sí hacerlo ante el titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, que estaba en funciones de guardia el día en el que ocurrieron los hechos, que le citará en los próximos días.

Actualmente se encuentra en libertad provisional, mientras que la menor, de 11 años, ya está con su madre. Un episodio que podría hacer que C. A. A. Q. pierda la custodia de la menor que disfruta.