La rectificación del Departamento de Educación fue bien acogida por padres y sindicatos, que se congratularon de una vuelta atrás que muchos de ellos no esperaban. No fue el caso, sin embargo, de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fapar), cuyo presidente, Juan Ballarín, indicó que "se ha impuesto la cordura y lo razonable porque no podemos aludir a la libertad de los centros porque uno de ellos tenga un calendario distinto, ya que eso solo genera desigualdades y las diferencias entre los alumnos".

Las organizaciones sindicales también consideraron "positiva" la medida adoptada por el departamento. CSIF mostró su confianza en que, a partir de ahora, "se repita esta situación y se haga caso a las situaciones denunciadas por la comunidad educativa y a sus opiniones", expuso Javier García, que alertó de los "agravios comparativos" que podía haber supuesto la aplicación de esta normativa, así como el calendario "a medida" de patronal de los centros privados y concertados.

CCOO, por su parte, se mostró "satisfecho" del cambio de opinión y apeló al "tirón de orejas" que, en su opinión, el Consejo Escolar había propinado a la Administración y advirtió del "toque de atención a la aplicación de la reforma educativa en Aragón", explicó José Luis Cimorra.

También FSIE, el sindicato mayoritario de la escuela concertada, mostró su rechazo a la propuesta y, de hecho, votó en contra de la ampliación del calendario en el Consejo Escolar. "No nos parece oportuno empezar la dotación de autonomía a los centros a través de una ampliación de calendario, que es algo de obligado cumplimento para todos", apuntó su secretario general Carlos Martín, que consideró que su aplicación habría puesto "en bandeja" el incumplimiento de "mandatos" por parte de la patronal.