La Policía Local de Zaragoza arrestó anteayer por la tarde a un hombre por agresión en el centro de Zaragoza. Hasta ahí, poco de particular. Lo curioso fue la excusa que dio el presunto agresor para tratar de eludir su arresto: negó que él hubiese dado un cabezazo que le rompió un incisivo a otro hombre. Todo lo contrario, aseguró que fue el otro quien le agredió con los dientes en plena cabeza. Como prueba, mostró su frente sangrante. La excusa por el momento no le valió, y fue puesto a disposición del Cuerpo Nacional de Policía como presunto autor de un delito de lesiones.

La patrulla recibió el aviso de la agresión sobre las 19.50 horas, y encontró a los denunciantes en el cruce de las calles Conde Aranda y César Augusto. La mujer, que iba con su pareja y su hijo, les señaló a un hombre que huía como el agresor de su marido, al que rompió el incisivo superior izquierdo de un cabezazo en la boca.

El presunto agresor estaba, según reflejaron los agentes, tratando de escabullirse entre las calles perpendiculares a Conde Aranda, por lo que tras una corta persecución le dieron el alto. Comprobaron que tenía una herida sangrante en la cabeza, y al entrevistarse con él les ofreció la curiosa versión, que fue el denunciante el que se se abalanzó sobre él para darle con los dientes en la cabeza.

Los motivos de la agresión no quedaron claros en el atestado policial. En cualquier caso, ambos contendientes fueron atendidos de sus lesiones y el herido en la cabeza, J. M. M., de 36 años, fue arrestado.