El turolense Juan José Omella será nombrado cardenal el próximo junio, según anunció ayer el papa Francisco. En la ceremonia otros cuatro eclesiásticos alcanzarán también el máximo grado de la curia. El prelado aseguró en un comunicado que recibió la noticia «con gozo» y expresó su agradecimiento al líder católico «por la confianza depositada».

El nombramiento se hará efectivo el 28 de junio en un acto llamado Consistorio. Un día más tarde se celebrará la fiesta solemne de San Pedro y Pablo con una ceremonia en el Vaticano con la asistencia efectiva de los nuevos cardenales.

La llegada de Omella a cardenal implica que será considerado elector en caso de cónclave para elegir a un nuevo papa. Los cinco prelados tendrán esta capacidad al no haber cumplido ninguno de ellos los ochenta años. Desde el comienzo del papado de Francisco, Omella se ha considerado una de las personas con influencia dentro de su entorno. Al igual que el religioso argentino, se le considera un cargo con talante progresista en la curia.

Además de Omella, nacido en Cretas (Teruel) el 21 de abril de 1946 y que ejerció durante varios años como obispo de Barbastro-Monzón entre otros cargos, los nuevos cardenales serán el arzobispo de Bamako, en Mali, Jean Zerbo; el obispo de Estocolmo, Anders Arborelius; el vicario apostólico de Pakse, en Laos, Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, y el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chavez.

TRAMA CONTRA UREÑA

Omella, que seguirá ejerciendo su magisterio en Barcelona, ha estado implicado en una trama en la capital aragonesa para defenestrar al anterior arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña. El caso se judicializó por la interposición de una denuncia innominada. El pasado mes de marzo el futuro cardenal estaba llamado a declarar como testigo, y por lo tanto obligado a decir la verdad. Pero la denuncia fue retirada y se evitó el paso del religioso por los organismos de justicia. El Arzobispado de Zaragoza ha manifestado su confianza en que la denuncia sea archivada.

El último nombramiento de este tipo por parte de Francisco se produjo en noviembre, cuando nombró a trece nuevos cardenales con derecho a voto y a cuatro eméritos, mayores de 80 años. En ese consistorio recibieron la púrpura al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro Sierra; al de Brasilia, Sérgio da Rocha; al de la diócesis venezolana de Mérida, Baltazar Enrique Porras Cardozo, y al de la mexicana Tlalnepantla, Carlos Aguiar Retes.