Aunque aún están a tiempo de presentar alegaciones, la Comisión Permanente del Partido Aragonés (PAR) decidió ayer la expulsión de la formación de los tres concejales de La Muela que presentaron una moción de censura contra el alcalde, Adrián Tello (CHA). Este paso supone la disolución del grupo municipal y por lo tanto se impedirá que progrese la iniciativa a través de la cual Carlos Rodrigo pretendía hacerse con el poder municipal.

El presidente del PAR, Arturo Aliaga, aclaró que tranto Rodrigo como Lucio Vicente y María Pilar Salas ya no podrán ejercer ningún tipo de «representación institucional u orgánica» en nombre del partido ni tampoco utilizar su logotipo ni las siglas.

El PAR comunicó al momento la decisión, vía correo electrónico y burofax, al Ayuntamiento de La Muela y a los tres concejales implicados, que dispondrán de un plazo de diez días para interponer un recurso en la comisión ejecutiva del partido.

De esta forma, Rodrigo, Vicente y Salas pasarán definitivamente a ser concejales no adscritos ya que no pertenecen a ninguna formación política.

Si llegase a producirse la votación, según establece la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) fija que si esta ha sido presentada por un concejal que haya dejado de pertenecer, por cualquier causa, al grupo político al que se adscribió al inicio de su mandato, la mayoría absoluta se verá incrementada al momento en el mismo número de concejales que se encuentren en tales circunstancias.

En este caso concreto, al haber en el Ayuntamiento de La Muela cuatro concejales en situación de no adscritos -los tres expulsados del PAR y uno que fue elegido por Ciudadanos y expulsado después del partido- la mayoría absoluta queda fijada en diez concejales. Los promotores del proceso ahora solo suman siete concejales. «El partido ha hecho lo que tenía que hacer, lo que pase a partir de ahora ya no es competencia del PAR», subrayó Aliaga.

El alcalde Tello gobierna en estos momentos en minoría un municipio que estuvo marcado por la corrupción del caso Molinos. Los críticos con su gestión justificaron el movimiento político indicando que el regidor de CHA no estaba cumpliendo con las promesas que realizó al principio del mandato y que había «paralizado» la vida del municipio. También le acusaban de agresiones a la tradición.