Un matrimonio que tenía abierto un restaurante en Villanueva de Gállego (Zaragoza) aceptó ayer dos años de prisión y 1.080 euros de multa tras reconocer que no pagaron a su casero más de 38.745,21 euros correspondientes a varios meses de alquiler del local donde tenían su restaurante y a los recibos de la luz. Además, Luis Miguel Solanas y Mercedes Oliete, se llevaron mobiliario valorado en más de 4.000 euros. La hija de ambos, que firmó el contrato de arrendamiento, ha sido exonerada, después de que sus progenitores señalaran que ella desconocía la estafa que había detrás.

Para conseguir este acuerdo, frente a los casi seis años de prisión a los que se enfretaban inicialmente, el abogado de la víctima, Jesús Pérez-Santander, y la Fiscalía, le obligaron a consignar 6.000 euros, así como a comprometerse a devolver el importe estafado durante 24 meses con una cuota mensual de 1.550 euros. En caso de impago se revocará la suspensión del ingreso en la cárcel.,

Los hechos se remontan al 2012 cuando los acusados, mediante la empresa Tamasol XXI SL firmaron un contrato de alquiler de arrendamiento de negocio con Industrias Poleñino SL para abrir un restaurante en un polígono de Villanueva de Gállego.

Desde el 2013, los acusados dejaron de pagar tanto las rentas como los suministros eléctricos que, al no haber cambiado la titularidad, seguían siendo facturados al dueño del local, generando así un gasto de 4.943,92 euros. El arrendador inició así un procedimiento de desahucio, pero entonces los acusados interpusieron una querella contra Industrias Poleñino asegurando que les habían engañado. Alegaron que el local no tenía licencia de actividad y que no se encontraba en condiciones para ser explotado. Querella que fue archivada, si bien les sirvió para suspender de forma cautelar el lanzamiento en ese momento.

De esta forma, la pareja consiguió seguir con el negocio del restaurante sin abonar las rentas ni los gastos de la luz. En 2014. cuando fueron desahuciados, se llevaron hasta la cubertería.