París no se acaba nunca

AUTOR: Enrique Vila Matas

TRADUCCION: Agata Orzeszek

EDITORIAL: Anagrama

PAGINAS: 233

La asesina ilustrada es el título de la segunda novela de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948), aparecida tras Mujer en el espejo contemplando el paisaje (1973), escasas 70 páginas recorridas por la sombra alargada de Jorge Luis Borges. Su última novela, París no se acaba nunca , en cambio, recuerda el recuerdo de los hechos, reinventa el invento de la realidad que fraguó sin remisión al escritor que ha acabado siendo Vila-Matas, premio Médicis por El mal de Montano.

Como le ocurriera al escritor argentino Macedonio Fernández, en el camino de la búsqueda metafísica también Vila-Matas se topó con la felicidad. Algo así como jugar al flipper sin temor a que se cuele la bola, como diría el narrador. Allí leyó y fue feliz, o fue feliz porque leyó. Lo cierto es que el relato de la educación sentimental que encierra París no se acaba nunca confirma el estado de agnóstica beatitud que ha alcanzado la prosa del escritor. Su literatura es hoy superior y definitiva para entender los nuevos caminos que se han abierto en la novelística contemporánea de cualquier ámbito idiomático.

La nueva pieza de ficción empieza siendo el borrador de una larga conferencia sobre la ironía, aunque pronto se convierte en una declaración de amor a la ciudad que viera nacer a Vila-Matas como escritor.

París no se acaba nunca novela desde la glosa, el ensayo y la parodia la forja de un estilo a caballo entre la realidad y la ficción que hoy resulta indisociable de la personalidad de Vila-Matas, por más que algunos epígonos supuestamente innovadores hayan intentado cercar el terreno con mayor éxito de ventas. Esto último no debe pasar inadvertido, pues desde su Historia abreviada de la literatura portátil (1985) Vila-Matas no ha cejado en el empeño de ensanchar los márgenes entre los que discurre la literatura con mayúsculas.