Representantes nacionales de los principales partidos del arco parlamentario han reconocido hoy la necesidad de un frente común en Europa para abordar políticas sociales con las que afrontar los aspectos negativos de la globalización.

Así lo han puesto de manifiesto a los medios antes de participar en una mesa redonda organizada por la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza y que ha estado moderada por María José González Ordovás, profesora titular de Filosofía del Derecho de la institución académica aragonesa.

Un debate en el que han participado el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad del PP, Mario Garcés, la cofundadora de Podemos Carolina Bescansa, el portavoz de Universidades del PSOE, Ignacio Urquizu, y el secretario de Programas y Áreas Sectoriales de Cs, Toni Roldán.

El hilo conductor de la mesa redonda planteado por González Ordovás ha sido cuáles son los retos para que Europa "sea fuerte" a la hora de afrontar las políticas sociales, ya que desde su punto de vista "los peligros vienen de fuera porque no estamos unidos, no somos una argamasa".

Garcés ha asegurado que España está "jugando un papel muy importante" en Europa, con reuniones permanentes para definir unos derechos comunes en material social, pero también se está trabajando con proyectos conjuntos en todas las Comunidades Autónomas porque los retos sociales son comunes.

Retos como el descenso demográfico y el envejecimiento de la población, que plantea a su vez la necesidad de otras estrategias en materia de fomento de la natalidad, de salud, como el primer plan del Alzheimer, o la soledad, con políticas orientadas a "romper" ese cerco como el "cohousing" o el voluntariado de mayores o jóvenes.

Ignacio Urquizu cree que lo que hay que tratar es de buscar cómo hacer compatible la globalización con la búsqueda de una sociedad más igualitaria y justa, con menor pobreza y menos diferencia entre ricos y pobres.

A juicio del diputado socialista, hay que establecer dos medidas, una de carácter global destinada a gobernar la apertura económica, porque "no siempre ha significado mayor desigualdad", como en los años 60, 70 y 80 en Centroeuropa gracias a unos sindicatos fuertes y negociaciones colectivas centralizadas", conseguir fiscalidad en los movimientos de capital y patrimonio y que no se produzca un "dumping" social.

En cuanto a las medidas internas, Urquizo ha incidido en la necesidad de una mayor formación de los trabajadores, favorecer la igualdad de oportunidades y revisar los modelos educativos.

Urquizu se ha mostrado asimismo optimista con el cambio que se está operando en Europa, donde están siendo derrotados los movimientos antieuropeístas, como se ha puesto de manifiesto en Francia con Emmanuel Macron, e incluso el giro que se está experimentando en Reino Unido.

La diputada de Podemos se ha mostrado partidaria de plantear marcos globales generales que generen cohesión a través de la disminución de la brecha de la desigualdad, si bien, ha alertado de los perjuicios que causan a las políticas públicas la "corrupción institucional".

En este sentido se ha referido a las cifras de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia que estima que la corrupción cuesta 49.000 millones de euros, "el coste de los recortes de Sanidad, Educación y de una renta mínima garantizada para toda la gente que está en zonas de exclusión".

Por último, el secretario de Programas y Áreas Sectoriales de Cs, Toni Roldán se ha mostrado partidario de una globalización más inclusiva, en lo que a su juicio es "clave" la educación.

"La educación no es de izquierdas o derechas", ha advertido Roldán, quien ha subrayado que hay que ser más competitivos y para ello hay que apostar por la educación, la formación y la innovación.