"Los inmigrantes nos invaden. No quieren integrarse. Viven de ayudas. Vienen a quitarnos el trabajo. Abusan del sistema sanitario". La lista de tópicos negativos como estos sobre los foráneos es larga, y ha llegado a estar profundamente enraizada en parte de la sociedad, agravados por la crisis económica. Pero no todos se resignan a que el rumor se convierta en un estereotipo --en el nivel de la creencia--, este en un prejuicio --actitud-- y este deriva en discriminación.

Para ello, Zaragoza se va a unir a las ciudades españolas que están implantando redes de agentes antirrumores, con personal formado específicamente para desmentir estas ideas con información.

El proyecto está impulsado hasta la fecha por la Casa de las Culturas, y fue presentado ayer en su sede. Por el momento están buscando personal, indicó la jefa de programas de acción social, Mercedes Nicolás. El perfil sería el de "personas comprometidas con su entorno, solidarias, que creen en la cohesión social y en la convivencia inclusiva".

Por el momento, han llevado a cabo un diagnóstico de la situación. Ahora están preparando la contraargumentación de los tópicos y la difusión de la idea, para que los interesados se inscriban. Entre mayo y junio de este año, formarán a los futuros formadores con herramientas, tanto informativas como pedagógicas. Luego, la idea es que los agentes difundan esta información para desvirtuar los comentarios en su grupo de amistades, familia y, en la medida de lo posible, en la sociedad.

El trabajo parte de un informe de situación que desarrolló el grupo motor de esta iniciativa, formado por el personal de la Casa de las Culturas del Ayuntamiento de Zaragoza, Sos Racismo, la Fundación Federico Ozanam y la Federación de Asociaciones de Migrantes de Aragón, con entrevistas con asociaciones y análisis de comentarios en internet.

Como recordó Nicolás, Zaragoza es una ciudad "diversa", con un 10,75% de población inmigrante, en algunos barrios un 20%. Y aunque "no hay una gran conflictividad", tanto la experiencia como la ley instan a atajar el problema por anticipado.

Los tópicos analizados por los grupos de trabajo indican que los colectivos más estigmatizados son los árabes, los suramericanos y los gitanos. Pero algunas ideas son de carácter general.

Por ejemplo, las relacionadas con la convivencia, como que los inmigrantes nos invaden o que no quieren integrarse. En este ámbito hay algunas más asociadas a colectivos concretos, como que son los latinos son ruidosos.

En cuanto a los servicios sociales, las percepciones detectadas son que los inmigrantes no trabajan y viven de las ayudas, que a su vez quitan a los españoles. De forma similar, se considera que abusan del sistema sanitario o que transmiten enfermedades.

Sobre el trabajo, se piensa que vienen a quitárselo a los españoles y que son mano de obra barata que hace que los nativos tengan que reducir sus salarios.

En la educación, los tópicos incluyen que la presencia de alumnos inmigrantes en las aulas reduce la calidad educativa y que las becas y plazas en los colegios se conceden mayoritariamente a extranjeros.

En cuanto al comercio, el tópico se restringe a los chinos, que se piensa que no pagan impuestos y que sus negocios son tapaderas para asuntos turbios. En la religión la crítica también se centra en una, el Islam, cuyos creyentes se perciben como los más cerrados.

Por último, en la cuestiones de género se considera a las mujeres musulmanas como sumisas y a las africanas y latinoamericanas como promiscuas. También, a nivel general, se percibe más violencia de género entre los foráneos.

Las ideas, con lógica, se dan con más frecuencia en los colectivos que se pueden considerar competencia. Por ejemplo, las que perciben a las mujeres como promiscuas son las españolas, los que más se quejan del abuso del sistema de salud son los ancianos o los que consideran que son mano de obra barata son los parados.