--Deja la presidencia de Fecapa (Federación Cristiana de Asociaciones de Padres de Alumnos) tras ocho años en el cargo. ¿Con qué sensaciones?

--Me voy sabiendo que he cumplido el objetivo contraido en la asamblea que me eligió, que la representación de los padres fuera estable y real. Pero me marcho también con un sabor agrio porque no he sido capaz de romper esa absurda vinculación de las familias a la pública o a la concertada. Lo he intentado, pero no he conseguido eliminar la utilización ideológica de esos términos. La familia es una institución lo suficientemente importante como para romper esa absurda división tan perjudicial para las familias. Por eso, una nueva plataforma, Escuela y Despensa, pretende que se reconozcan a los agentes protagonistas del futuro: la familia, la escuela, la universidad y la empresa.

--Osea, que los padres están divididos.

--Absolutamente. Lo he intentado, pero depende de quién accede al poder, los utiliza y yo no he sido capaz de romper esa utilización. Pero realmente no existe esa división porque todos estamos interesados en un solo modelo: el que haga feliz a nuestros hijos y no esa estupidez de dividirnos entre pública y concertada.

--¿Y de quién es la culpa?

--De las oligarquías políticas que utilizan a la sociedad y no reaccionamos. Son poderes fácticos que utilizan la educación políticamente y la quieren manosear. Cuando Dolores Serrat accedió a la consejería le insistí en mi propuesta de trabajar hacia un modelo de familia-escuela pero hay una fuerte presión. Al político le interesa siempre dividir e insistir en que él es público.

--¿Y cree que tiene arreglo?

--Esta plataforma que se crea ahora pondrá todos los medios para ello y ya hemos empezado a hacerlo. Por mi parte, pondré todo mi esfuerzo en que esa sensación de que somos distintos desaparezca del todo.

--¿Deja el panorama educativo igual, mejor o peor que cuando llegó?

--Lo dejo, lamentablemente, con la misma sensación que cuando empecé. No se ha avanzado hacia la despolitización de la educación ni hacia esa creación de un modelo familia-escuela. Y se siguen poniendo parches cuando el modelo educativo anterior se ha demostrado que estaba agotado, con un 54% de paro juvenil.