Se trata de averiguar el nivel de desgaste de los profesores aragoneses de Secundaria y diseñar programas de formación e intervención para reducir o prevenir los niveles de estrés y mejorar la calidad de la enseñanza. Con ese objetivo se pone en marcha un estudio del grupo de investigación Educación Física y Promoción de la Actividad Física (Efypaf) de la Universidad de Zaragoza publicado ayer en la web del Departamento de Educación y que se aplicará, previsiblemente, en Huesca.

El proyecto Promoción de la salud y el bienestar del profesorado de Educación Secundaria en Aragón, incluye una encuesta voluntaria compuesta por una serie de preguntas relativas a las condiciones de trabajo, variables de salud o demográficas que pueden influir en el desgaste del docente. "Pretendemos validar una nueva definición del síndrome de desgaste profesional ya que creemos que la anterior se quedaba más reducida y queremos ver cómo influyen otras manifestaciones en la adaptación al puesto de los profesionales", indicó Jesús Montero, responsable de Bienestar del Profesorado de ESO de la universidad.

Los investigadores establecen tres tipos de quemados profesionales. El primero sería el frenético, "muy implicado y ambicioso que se deja la salud y su vida por cumplir con la demanda de su trabajo". El segundo nivel sería el profesional "sin desafíos", en el que quedarían incluidos aquellos a los que su trabajo les resulta indiferente, se aburren y no se realizan, "lo que les resta implicación", mientras que el tercero lo compondrían los "desgastados", aquellos que no tienen control sobre los resultados de su trabajo, sienten que no se les reconoce "y optan por ser negligentes y abandonar", expone Montero.

El estudio, que ya cuenta con financiación a nivel nacional, ya cuenta con el visto bueno del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón para su implantación en Aragón. Se hará en 500 docentes de Secundaria de la comunidad autónoma después de haberse llevado a cabo ya en el ámbito universitario o en profesionales sanitarios.

En estos informes anteriores se han extraído varias conclusiones diáfanas. "Aquellos que trabajan más de 40 horas semanales tienen riesgo de desarrollar el primer perfil, mientras que los trabajos más burocráticos y repetitivos desarrollan el segundo y los que pasan mucho tiempo en el mismo puesto son los que más opciones tienen de desarrollar el perfil de profesional desgastado", explica el investigador.

El propósito es que los resultados permitan iniciar, el próximo curso, un planteamiento firme de intervención para reducir esos niveles de desgaste. "El diseño es flexible pero la intención es trabajar con distintas actividades terapéuticas con docentes y complementarlas más en sus puestos de trabajo para que se sientan más motivados y la recompensa no solo sea el sueldo, sino también la satisfacción personal", subraya Montero.

La información recogida en las encuestas gozará de absoluta confidencialidad y los resultados se presentarán de forma global y nunca individualizada, aunque aquellos profesores que quieran recibir un informe valorativo solo tendrán que incluir en el cuestionario su dirección de correo electrónico.