Con solo 11 años, Julia le dijo a su madre que quería donar su pelo para las personas con cáncer. Tomó la decisión tras ver en el hospital Quirónsalud el anuncio de la celebración de una jornada solidaria, que tuvo lugar ayer, y en la que participaron más de 60 personas. «Vine con mi madre al médico, vi el cartel y desde entonces me he dejado crecer el pelo para esto», contaba ayer la menor, a quien le cortaron 17 centímetros de melena que depositó, en forma de trenza, junto a un mensaje de ánimo en una mesa que fue recopilando todas las donaciones capilares.

Además de este improvisado salón de belleza, con cinco estilistas, también se dispuso un taller de maquillaje oncológico, nutrición terapéutica y una sesión fotográfica para inmortalizar el antes y el después del cambio. Alexia Castillejo, que hoy cumple 10 años, acudió con su madre y su hermano. «Un día le dije que íbamos a ir a la peluquería y me dijo que no, que quería donar su coleta para las personas con cáncer. Al parecer, en el colegio lo hablaron con los amigos y amigas, porque alguien comentó esta iniciativa de Quirónsalud, y ella lo tuvo claro. Una mamá de un compañero tuvo la enfermedad y de ahí surgió todo. Me quedé muy sorprendida, pero me parece un gesto muy humano y de mucho corazón», contaba su madre Beatriz Jimeno.

El hospital se ha visto «desbordado» con la iniciativa, ya que las peticiones han sido muy por encima de los esperado. «Contábamos con 25 o 30 personas, pero la sorpresa es que llegamos a 65 y hasta tuvimos que hacer lista de espera. Estamos muy satisfechos», reconocía la doctora Sonia Polo, especialista en oncología radioterápica y coordinadora de la unidad de cuidado integral del paciente oncológico puesta en marcha en el 2015.

Cuidado personal

«El tratamiento va más allá, no solo podemos quedarnos en la cirugía o la quimioterapia. Llevo 14 años aquí y siempre notaba una carencia a los días del tratamiento, y era el poder abordar cuestiones como la caída de pelo, el cuidado de la piel tras tratamientos tan agresivos, la alimentación o el apoyo psicológico», cuenta Polo.

En este sentido, el aspecto físico juega un papel importante. «Siempre les digo a mis pacientes que deben saber cómo disimular si lo desean, que no tienen que demostrar que están enfermos saliendo a la calle sin pelo o sin cejas», añadió la doctora.

La diferencia entre una peluca de imagen y otra oncológica está en la base del tejido, según cuenta Emilio Ballesteros, propietario de un negocio de estilistas en Zaragoza desde hace 35 años. «La de moda está pensada para momentos determinados, mientras que la oncológica es una prótesis que está pensada para que se acople muy bien a la piel. Está hecha pelo a pelo, con cabello natural», cuenta.

María Fernández y Lizeth Beltrán son otras dos jóvenes que ayer participaron en la iniciativa solidaria. «Es la segunda vez que dono pelo. En mi familia ha fallecido una mujer por cáncer de mama y estoy concienciada. Animo a la gente a participar. El pelo crece y con esta acción podemos ayudar a mucha gente», dice Fernández. Por su parte, Beltrán, de origen colombiano y en España desde hace 18 años, explica que en su país es «muy difícil» conseguir una peluca porque «cuestan mucho dinero o las roban», asegura. «Estos actos deben difundirse más. No será la última vez que me corte el pelo por esto, lo tengo claro», señala Beltrán.