Ocho jóvenes acusados de tráfico de drogas en Zaragoza admitieron ayer ante la Sección Sexta de la Audiencia los hechos reflejados por el fiscal y se beneficiaron de sendas rebajas en las penas solicitadas inicialmente. Solo uno de ellos negó que hubiera traficado y se sometió a juicio. Siete de los imputados fueron condenados asimismo por pertenencia a grupo criminal.

La operación en la que fue desarticulado este grupo de traficantes se realizó en el verano del 2016 y se incautó una importante cantidad de anfetaminas que iban destinadas a su distribución en fiestas de distintas localidades.

Las penas iniciales eran de seis años pero, tras reconocer los hechos, se impusieron condenas de un año y seis meses a tres años, así como multas entre 200 y 7.000 euros.

El único acusado que no se conformó con los hechos, A. R., defendió ante la sala que las sustancias que se le incautaron eran para su consumo. Fue detenido cerca de la vivienda en la que se traficaba con drogas, llevando una bolsa «con una sustancia amarillenta», según declaró un agente en el acto del juicio oral.

El ministerio público señaló que se le intervinieron 8,36 gramos, una dosis suficiente para 13 días, lo que, en su opinión, no encaja en el autoconsumo. El grado de pureza era del 25,55%. El ministerio público destacó que este imputado tiene antecedentes por tráfico de drogas, con una sentencia condenatoria, y subrayó que la cantidad que portaba al ser detenido indicaba una «tenencia preordenada al tráfico».

La vista oral no llegó a celebrarse, para ocho de los acusados, gracias a que los abogados de la defensa (José Luis Melguizo, Esteban León, Jesús Cuenca, Fernando Santaúrsula y Olga Oseira) llegaron a un acuerdo con el ministerio público y se reconoció como atenuante que los imputados eran consumidores de droga.