R oma coge aire a estas ahoras antes del desembarco escalonado de millones de fieles y autoridades de todo el mundo, que duplicarán su población este fin de semana con motivo de los actos de canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.

Ayer, Catalina Garcés, estudiante de Segundo de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad San Jorge, apuró sus últimas clases de la mañana antes de enrolarse en un intenso viaje que le va a llevar al Vaticano junto a cerca de 700 jóvenes de diferentes diócesis españolas. Junto a sus amigos Ángela Bernal y José Antonio Gómez, tomaron un autobús que fue recogiendo peregrinos en Astorga, Burgos, Logroño y Zaragoza, camino del barco que les esperaba en Barcelona. Está previsto que pisen tierra esta media noche.

"El sábado de madrugada se celebra la noche de oración blanca, en la que las iglesias permacerán abiertas para que los fieles oremos y así prepararnos para la jornada de canonización. A las 4.00 horas iremos a hacer cola en el Vaticano para coger un buen sitio porque a las 5 o 6 de la mañana se abrirán las puertas", repasó mentalmente Catalina, quien resaltó la figura de Juan Pablo II: "Ha sido el papa viajero, el cercano, que atrajo a los jóvenes. Por eso es tan querido".

De la basílica del Pilar parten esta mañana hacia Madrid las autoridades religiosas aragonesas y algunos fieles. Una expedición formada por 60 personas que encabeza el vicario general del arzobispado de Zaragoza, Manuel Almor, en representación del arzobispo Manuel Ureña, quien finalmente no acudirá a Roma. El viaje lo organiza Halcón Peregrinaciones, del que Esperanza Barreras, directora de Halcón Viajes, es su responsable. "Se trata de un acto único en la historia, la canonización de dos papas tan relevantes, para el que hemos preparado un viaje plagado de actos religiosos entre el viernes 25 y el lunes 28".

Para Sergio Altorán, delegado de la Causa de los Santos de Zaragoza y párroco de Casetas, "los dos papas son importantes para explicar la historia de la Iglesia de los últimos 50 años. Juan XXIII fue el papa de la paz y Juan Pablo II, quien viajó tanto y visitó Zaragoza en dos ocasiones, se ganó el corazón de todo el mundo. Además, yo, que soy un cura joven, no puedo dejar de resaltar que fue el impulsor de las jornadas de la Juventud".