Ahora que Juan Alberto Belloch ha confirmado que no repetirá en las listas del PSOE a la Alcaldía de Zaragoza, el foco se pone ahora en los que sí presentarán candidatura y en la forma en la que alcalde y alcaldable cohabitarán en los próximos meses. Pero lo cierto es que en el Ayuntamiento de Zaragoza todos los portavoces salvo Juan Martín, de Chunta, estaban en la misma tesitura. Solo él podía garantizar que estaría encabezando listas en las próximas elecciones. No así José Manuel Alonso, en IU, ni Eloy Suárez en el PP, que si bien hasta la presidenta Luisa Fernanda Rudi ha dado por hecho públicamente que repetiría, el pasado reciente del partido (cómo se produjo su propio aterrizaje en la candidatura municipal) invita a no cantar victoria hasta que se haga oficial. Son las estrategias de partido para poner cara a su próximo proyecto en la ciudad, continuidad o renovación, proyección de una imagen nueva desde fuera del salón de plenos o aprovechar la gestión municipal para empezar a hacer campaña.

Chunta despejó cualquier atisbo de duda en un proceso de primarias en el que solo hubo un candidato, Juan Martín, que revalidó su liderazgo de cara al partido en la capital aragonesa y que afronta los próximos meses con más calma que el resto de sus compañeros portavoces. De hecho, hasta principios del 2015 no se prevé que se decida la composición de las listas, en enero, de manera que afronta con tranquilidad los próximos meses. Su opción le ahorra la necesidad de proyectar a la ciudadanía una cara nueva que, desde dentro o fuera del consistorio, le hiciera sombra al actual portavoz.

En el caso del Partido Popular, Eloy Suárez puede estar más tranquilo desde que en la noche electoral de las europeas Rudi dijera que nadie lo discute a las palabras de Verónica Lope deseando que ganara las próximas elecciones municipales en Zaragoza. Detractores los tiene, dentro del partido y que discuten su labor durante los últimos tres años al frente de la apuesta conservadora en la capital aragonesa. Que Zaragoza fuera la ciudad más importante que escapara a un Gobierno del PP en España le obligaba a adoptar una labor de oposición que no ha sido todo lo positiva que algunos deseaban, e incluso los más críticos han mostrado su malestar en forma de carta a la presidenta.

ÓRDENES

Pero en un partido en el que los candidatos no se eligen por primarias sino por órdenes de arriba, nada se puede dar por descontado hasta que se hace oficial. Y si no que se lo digan a su predecesora, la actual consejera de Educación en la DGA, Dolores Serrat, que se enteró de que ya no contaba con la confianza de la dirección el mismo día en el que Suárez y Rudi comparecía públicamente para presentar al nuevo candidato por Zaragoza a los medios.

Ese 3 de diciembre que dejó noqueada a la entonces portavoz y a la sombra del nuevo líder y un banco con farola desde el que acercarse, desde fuera, a los ciudadanos y a la política municipal en la que era ella la que tenía que lidiar. Ya sin focos. Ahora, la confirmación del candidato se espera para las mismas fechas, o en noviembre, aunque como entonces, nadie prevé sorpresas. Y lo cierto es que de ser Suárez se convertiría en el primer candidato del PP que repite en unas elecciones después de la propia Rudi.

En el caso de IU todo está más abierto. El partido ahora no quiere ni oír hablar de listas o de candidatos. Están en un momento de ver si es posible la convergencia con otros movimientos sociales o partidos que, desde la puesta en común de ideas o propuestas, podrían acabar confluyendo en unas únicas listas. Primero el qué y luego quienes, en un momento dulce para el grupo municipal que no descarta nada. La evolución de Ganemos tendrá mucho que ver en ese futuro, pero nadie prevé que antes de octubre o noviembre haya una idea clara de si es posible aglutinar fuerzas. José Manuel Alonso cumplirá ocho años liderando el grupo municipal al final de esta legislatura y quizá para él se abran otras puertas de cara a la próxima, y Raúl Ariza ha adquirido más peso en lo orgánico y en el debate municipal a gran velocidad.

Pero lo cierto es que IU, en ese proceso de convergencia, no se plantea imponer nombres a la hora de confeccionar listas, de manera que ni siquiera está asegurado que repitan en sus cargos. Lo único que se marcan como objetivo es fijar una candidatura de izquierdas, en el que para aglutinar antes deben definirse otros, como Ganemos Zaragoza o incluso Podemos, del que no gustan algunos postulados.