Un director gerente del Salud no dura dos años en el cargo. Así lo advierte el hecho de que por el puesto hayan pasado ya siete personas desde el 2001, cuando Aragón asumió las competencias en Sanidad. El despido, esta semana, de María Ángeles Alcutén y el acceso al puesto de Ángel Sanz suponen el enésimo movimiento en la cúpula del Salud, que parece abocado a una estabilidad imposible.

Alfonso Vicente fue el primero, cuando Alberto Larraz se convirtió en el primer consejero de Salud y Consumo de la comunidad autónoma. Permaneció en el cargo hasta mayo del 2004, cuando cesó para pasa a ocupar la secretaría general técnica del Departamento de Ciencia y Tecnología, sustituyendo a Mariano Muñoz y siguiendo así el camino de Alberto Larraz. Le sucedió Antonio Brun, hasta entonces director de Coordinación Asistencial, que ya había ocupado ese puesto anteriormente.

Poco más de tres años después, en julio del 2007, Brun fue relevado por Juan Carlos Bastarós, que, en noviembre del 2009 presentó su dimisión irrevocable ante la consejería de Salud entonces dirigida por Luisa María Noeno. La decisión originó una crisis en un departamento no exento de conflictos internos y provocó una cascada de cambios en las diferentes gerencias de sector. De hecho, la entonces gerente del hospital Miguel Servet, Ana Sesé, persona de confianza de Noeno, fue su sucesora.

MÁS CAMBIOS

En agosto del 2011, con el cambio de Gobierno tras la celebración de las elecciones generales, el catalán Tomás Tenza fue elegido por Ricardo Oliván como el nuevo máximo responsable del Salud, pero su imputación por los delitos de prevaricación y otro contra la integridad moral (acoso laboral) durante el periodo que estuvo al frente del hospital Yagüe de Burgos y la petición de seis meses de cárcel y diez años de inhabilitación le costaron un cargo para el que la consejería eligió a Alcutén, que ha durado un año.

Aunque a Oliván le costó prescindir de Tenza. El consejero, que aseguró no conocer la imputación del exgerente del Salud cuando le designó para el cargo, le mantuvo durante meses a pesar de las constantes críticas de sindicatos y colectivos. Hasta que la petición del fiscal hizo insostenible la situación. "Compromete la imagen del servicio y de la propia consejería, que están por encima de cualquier persona", indicaron fuentes del departamento para justificar el despido.

Pero, si la estancia al frente del Salud viene siendo efímera, la dirección y gerencia de los sectores I y II y del hospital Miguel Servet también. De hecho, José Ignacio Castaño, hasta ahora director médico del centro, será el cuarto en ocupar ese cargo en la presente legislatura. Antes lo habían hecho Víctor Solano, que fue sustituido por Mario González. Este, tras año y medio en el cargo, abandonó para marchar a Vigo coincidiendo con la salida de Tomás Tenza y fue sustituido por Huelin, que apenas ha durado un año.

En todo caso, y a pesar de los continuos movimientos en ambos puestos, la doble destitución a la vez adoptada por Oliván es toda una novedad. Sin embargo, al consejero no parece preocuparle demasiado haber propiciado un nuevo capítulo de inestabilidad en la cúpula de Sanidad. "Las personas somos piezas y hay que elegir las más adecuadas para cada momento", sentenció el pasado jueves en las Cortes.