La vista contra el joven acusado de causar la muerte de un guardia civil en un control de tráfico en Barbastro (Huesca) concluyó ayer con peticiones de internamiento de 8 y 10 años por parte de la fiscalía y de la acusación particular en nombre de la familia del agente, respectivamente. En la segunda y última jornada del juicio, que se celebró a puerta cerrada al tratarse de una causa con menores, el fiscal insistió, a la vista de la prueba practicada, que el único responsable de los hechos era el menor que conducía el vehículo, en el que viajaban, además, la mujer del acusado y otros dos chicos. Calificó los hechos como un delito contra la seguridad del tráfico en concurso con otros de homicidio imprudente, atentado y lesiones.

El letrado de la acusación particular, Mariano Tafalla, tipificó los hechos como un homicidio intencionado del hizo responsables, en mayor o menor medida, a la mujer del acusado, que ocupaba el puesto de copiloto, y a los dos menores que viajaban en los asientos traseros.

Por su parte, la letrada de la defensa del joven acusado, Cristina Dolcet, inisistió en la absolución para su cliente al entender que la edad del menor y su propia limitación cognitiva no le hacía consciente del riesgo que estaba asumiendo al emprender la huida arrastrando al agente fallecido.

Dolcet subrayó a este respecto que el riesgo que una persona adulta puede valorar en una determinada acción, «no lo ve un niño de 14 o 16 años».