Una iniciativa popular a través de la plataforma Change.org acumula ya más de 11.000 firmas digitales (11.245) para pedir el premio Princesa de Asturias de la Ciencia 2018 para el investigador aragonés Carlos López Otín. «Este científico de Sabiñánigo huele a premio Nobel. Las investigaciones que lidera en la Universidad de Oviedo sobre el genoma, el cáncer, la artritis, el envejecimiento o las enfermedades raras y hereditarias están marcando una época y lo han elevado a la élite internacional», se puede leer en la carta que se dirige a la Fundación Premios Princesa de Asturias.

«Es un revolucionario que camina por otro lugar mental y moral. Sus colegas norteamericanos, que le veneran, no entienden que derroche tanta energía en un país descaradamente refractario a sus pasiones», se añade en esta petición que, según la plataforma, ha sido iniciada por Alejandro de Ancos, un vecino de la localidad asturiana de Langreo.

La carta y la petición será enviada a la Fundación Premios Princesa de Asturias cuando se alcancen las 15.000 firmas digitales. Los comentarios de ciudadanos particulares que se pueden leer junto al escrito son todos positivos y alaban la labor de López Otín. «Me siento muy orgulloso de que esta persona sea paisano mío y digno heredero de Ramón y Cajal. Nada será suficiente para agradecerle su dedicación y esfuerzo y por no abandonarnos a pesar del poco apoyo que ha tenido en este país», dice uno de los comentarios. «Se lo merece por su gran trabajo y su humanidad. Grande este serrablés», escribe otro. «Con un científico de tal magnitud sería una injusticia no apoyar su candidatura tan valiosa», reza otro comentario.

Precisamente, López Otín estuvo ayer en Zaragoza, donde participó, junto al cineasta David Trueba, en una mesa redonda en torno al arte y la ciencia con la que se abrió el ciclo Educar para el futuro 2018, impulsado por la Obra Social Ibercaja y que en esta edición se dedica al aprendizaje del cerebro.

Las investigaciones de López Otín tienen carácter internacional y una de las últimas fue el hallazgo de uno de los genes responsables de la muerte súbita, que permitirá atajar una de las causas de la miocardiopatía hipertrófica. El oscense inició su carrera universitaria en Zaragoza y en el 2015 fue investido doctor honoris causa por la universidad aragonesa.