La empresa que promueve la construcción del futuro outlet de Pikolín en los suelos de la factoría de la carretera de Logroño no tiene intención de esperar más para empezar las obras. Al menos es lo que se deduce de la solicitud de licencia de obras que ha trasladado al consistorio para levantar en el recinto hasta cuatro grandes naves en los miles de metros cuadrados de superficie que han quedado liberados tras los trabajos de demolición. Una autorización municipal que abriría la puerta a poder cerrar contratos de arrendamiento futuro y un impulso decidido a la comercialización, pese a que en su solicitud se anuncia que estos edificios serían «sin uso» definido.

Se avecina tormenta en la plaza del Pilar, como todo lo que ha rodeado a este expediente de Iberebro desde que se iniciara la modificación del plan general que permitía instalar en suelo industrial usos terciarios. Ahora el conflicto va a venir, se presupone, porque la intención de la Gerencia de Urbanismo, que incluye este asunto en el próximo orden del día (se reúne la semana que viene) pero para votar «ordenar la interrupción del procedimiento administrativo correspondiente a la licencia urbanística instada» por la empresa.

CONTRA LA LUA // Entre los argumentos esgrimidos es la irregularidad que su concesión supondría en estos momentos. Es ilegal, aseguran los técnicos que han informado al respecto. Lo dice, explican, el artículo 146 de la Ley de Urbanismo de Aragón y el Reglamento de Gestión urbanística 3288/1978 en su artículo 104.

La normativa autonómica expone, literalmente, que «la iniciación del expediente de reparcelación conlleva, sin necesidad de declaración expresa, la suspensión del otorgamiento de licencias de parcelación y edificación de la unidad de ejecución». Además de que, en un segundo apartado, estas no podrán otorgarse «hasta que sea definitivo en vía administrativa el acuerdo» de la fase en la que, precisamente, se encuentra el proyecto. La empresa ni siquiera ha concretado como queda este reparto de titularidades en el vasto terreno de la carretera de Logroño, y hay otras administraciones implicadas en él, como el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).Respecto al citado reglamento, su artículo 104 dice exactamente lo mismo.

Así que la batalla en el salón de plenos está servida, contra un Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) que siempre ha sido señalado por el PP, el PSOE y Ciudadanos (C’s) por su supuesto bloqueo al proyecto de Pikolín. Ahora no será una excepción. Porque una licencia de este tipo no significa que las máquinas vayan a entrar ya, pero sí que podrán hacerlo cuando la promotora desee.

Mientras, al menos se van desvelando detalles del proyecto. Como los 115 establecimientos que alojará una de las cuatro naves, con más de 6.000 metros cuadrados cada una, o los aparcamientos en superficie.