Un piloto de 65 años y vecino de Villanueva de Sijena, Ernesto Galindo, falleció ayer al estrellarse con su avioneta en las cercanías del aeródromo de Coscojuela de Sobrarbe, en el municipio de Aínsa. El accidente se produjo poco antes de mediodía, cuando, por causas que se desconocen, el aparato entró en barrena mientras volaba a una altitud de unos 50 o 60 metros.

Se trataba de una avioneta de ala fija fabricada por la misma víctima, que se había hecho un nombre en el mundo de la aviación deportiva por su habilidad para crear sus propios vehículos de vuelo.

Fuentes del aeródromo indicaron que la avioneta estaba sobrevolando la zona, con la intención de aterrizar, cuando sufrió lo que técnicamente se denomina como una pérdida de sustentación aerodinámica. En ese momento, el aparato volaba a unos 70 kilómetros por hora y sufrió una caída vertical a unos dos kilómetros de la pista de aterrizaje, que se encuentra junto al embalse de Mediano.

Junto a la víctima volaba otro piloto en un aparato distinto que sí logró tomar tierra. Al parecer, este último trató de contactar con Galindo antes del accidente, pero no lo consiguió.

«Estamos todos perplejos», subrayó el jefe de vuelo del aeródromo de Coscojuela de Sobrarbe. «Lo que ha pasado solo puede deberse a una posible distracción, pues Galindo era un piloto experimentado», explicó.

La avioneta cayó a un campo de almendros y un testigo llamó telefónicamente al aeródromo para avisar de lo sucedido. El accidente va a ser investigado por la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA), que hoy enviará a un experto a la zona.

Al parecer, Ernesto Galindo había despegado del aeródromo que poseía en Villanueva de Sijena, pequeña localidad monegrina donde su muerte causó ayer una gran conmoción, pues se trataba de una persona muy conocida y apreciada.

«Se aficionó a volar ya de mayor, pero llevaba fama de ser un experto y de construir avionetas técnicamente perfectas», dijeron fuentes del aeródromo del Sobrarbe.