L a obesidad infantil y adolescente se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años en el conjunto del mundo: si en 1975 había 11 millones de obesos de entre 5 y 19 años, el año pasado se contabilizaron 124 millones, más otros 213 millones afectados de sobrepeso. Y lo más preocupante es que buena parte del meteó- rico aumento es debido a pautas de alimentación poco saludables en países de ingresos medios o bajos.

Los datos provienen de un estudio elaborado por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se publicó ayer en la revista The Lancet con motivo del Día Mundial de la Obesidad. En el trabajo se analizaron el peso y la talla de cerca de 130 millones de individuos mayores de cinco años, una cifra que lo convierte en el estudio epidemiológico que ha incluido al mayor número de personas. El objetivo era observar cómo había evolucionado el índice de masa corporal (IMC) entre 1975 y 2016.

MÁS NIÑOS QUE NIÑAS // El estudio concluye que, si no se cambian las tendencias, en 2022 habrá más jóvenes con obesidad que con insuficiencia ponderal, es decir, con peso por debajo de lo recomendable. Además, advierte de que la prevalencia global de la obesidad ha aumentado del 0,7% al 5,6% para las niñas y del 0,9% al 7,8% para los niños. Los datos también revelan que la epidemia de obesidad aumenta en los países de ingresos bajos y medios y que se ha estabilizado en los países de mayor ingreso, «aunque los niveles de obesidad siguen siendo inaceptablemente altos», según relata Majid Ezzati, catedrático de la Facultad de Salud Pública del Imperial College y autor principal del estudio.

«Estas preocupantes tendencias -prosigue Ezzati- reflejan el impacto de las políticas y la comercialización de alimentos en todo el mundo, que han hecho que los alimentos saludables y nutritivos sean demasiado caros para las familias y las comunidades desfavorecidas. Si la tendencia actual no varía, toda una generación de niños y adolescentes crecerá con la carga de la obesidad y tendrá un riesgo más elevado de sufrir enfermedades, como la diabetes». Según el estudio, es preciso encontrar soluciones para que las comunidades desfavorecidas puedan acceder a alimentos saludables y nutritivos. «Además -insiste-, los países también deben establecer normas e impuestos para proteger a los niños de los alimentos malsanos».

Los autores afirman que, si se mantienen las tendencias del 2000, los niveles mundiales de obesidad en niños y adolescentes superarán en el 2022 a los de la insuficiencia ponderal en el mismo grupo de edad. En 2016 había en el mundo 75 millones de ni- ñas y adolescentes y 117 millones de niños y adolescentes varones con bajo peso moderado o grave.

En muchos países de ingresos medianos (por ejemplo, en Asia oriental, América Latina y el Caribe), los niños y los adolescentes «han pasado rápidamente de tener predominantemente un peso demasiado bajo a presentar sobrepeso», advierte el análisis. Según los autores, este cambio podría ser consecuencia del mayor consumo de alimentos de alto contenido calórico, sobre todo de hidratos de carbono muy elaborados, que engordan y afectan al estado de salud durante toda la vida.

Fiona Bull, coordinadora del programa de la OMS de vigilancia y prevención de enfermedades no transmisibles, afirma: «Estos datos ponen de relieve que el sobrepeso y la obesidad han causado una crisis sanitaria mundial que se agravará en los próximos años a menos que empecemos a tomar medidas drásticas».

En el 2016, las tasas de obesidad más elevadas entre niños y adolescentes se registraron en la Polinesia y la Micronesia, con el 25,4% en las mujeres y el 22,4% en los varones, seguidas por los países anglófonos de ingresos altos (EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelandia, Irlanda y el Reino Unido).

En Europa, las tasas de obesidad más elevadas se registraron en Malta (para las niñas y adolescentes) y Grecia (para los niños y adolescentes), con el 11,3% y el 16,7%, respectivamente, mientras que las más bajas en ambos sexos correspondieron a Moldavia. En España la media es del 8%, por lo que se sitúa en un término medio, aunque hay el 30% de afectados por sobrepeso.