-¿Qué conclusiones extrae su informe sobre el sistema informático en los centros de salud?

-La conclusión principal es que el médico de Atención Primaria detrae la mitad del tiempo de que dispone para el paciente a atender al sistema informático. Es increíble lo lento que llega a ser y está muy mal diseñado porque ni han intervenido médicos asistenciales ni gente con sentido común. Es irritable.

-¿Y quién lo ha diseñado, pues?

-Técnicos de la Administración. Gente que no ha pasado consulta en 20 años y que no ha visto ni sabe lo que es un paciente que te cuenta su problema de salud. Están atentos a todo menos a las necesidades del médico y anteponen todo a esto. Clics innecesarios, tareas redundantes sin valor añadido… llevamos años reclamando a la Administración que mejore la usabilidad y velocidad del programa, que debería tener como objetivo ganar tiempo para el contacto clínico con el paciente, pero la informática quita actualmente la mitad del que tenemos para atender al paciente. En lugar de explicar, explorar y dedicar ese tiempo a él lo destinamos a mirar la pantalla.

-¿Cuánto tiempo lleva el colectivo reclamando esta mejora?

-Cinco años. Pero es que, lejos de progresar, el sistema se ha ido deteriorando con el paso del tiempo y se han ido añadiendo nuevas utilidades que no solo no solucionan los problemas que había, sino que añade otros nuevos. Siguen sin darnos esa herramienta ágil que permita rentabilizar para atender mejor al paciente. Sobre un tiempo de consulta de 6 a 8 minutos de media, quitamos 3 o 4 que dedicamos al programa, así que estamos hablando de un tiempo de entre 2 y 4 minutos para el paciente. En el modelo comunitario de hace 35 años se dedicaban dos o tres minutos pero es que entonces no había ordenador. Ahora, muchos años después, estamos en esa misma franja de atención al paciente, pero con toda la tecnología.

-¿Cómo se siente el médico?

-Es irritante, desesperante y agobiante. Y eso que le estoy diciendo aspectos relacionados a cuando el sistema va bien. Cuando no, es mucho peor. Mire, el 13 de marzo, en el centro de salud de Utebo, el programa se colgó, se hizo muy lento y las letras aparecían de una en una con intervalos de segundos. Estuvo días sin funcionar y 300 pacientes se tuvieron que ir para casa porque no podíamos verles ya que no teníamos acceso a historias clínicas, análisis y demás. Si hubiera pasado eso en Renfe, habría sido portada en todos los medios, pero en Atención Primaria no pasa nada. Los pacientes vienen, se van y vuelven otro día. El sistema se puede colgar dos veces en una mañana durante 20 minutos y eso provoca demoras de hasta 60 minutos en las consultas porque sin ordenador no se puede atender. Y estas incidencias terminan por exasperar al paciente.

-Y al médico, supongo.

-Pero el principal pagano de todo esto no es el profesional, que también lo sufre, sino el paciente. El médico ha dejado de mirar al paciente, no sabe sus rasgos y no existe prácticamente la comunicación no verbal porque está todo el tiempo mirando la pantalla. Todo eso tan importante se sacrifica para atender al ordenador.

-¿Qué les dice la Administración?

-Llevamos cinco años intentando que nos den un diagnóstico de la situación. Y no saben o se ponen de perfil. No nos hacen caso. Ahora se han constituido unos grupos de trabajo tras momentos de mucha tensión, pero seguimos encontrándonos con muchas dificultades. Es cierto que ha habido cierta receptividad y que se atisban algunas opciones de mejora, pero seguimos teniendo esa sensación de ninguneo y de darnos cabezazos contra la pared. Algo ha cambiado, pero queda mucho camino por andar de cara a tener una aplicación informática que sirva para lo que debe, que es ganar tiempo para el paciente.

-¿El colectivo se siente incomprendido?

-Es que es demasiado agotador. Parece que estemos pidiendo aumento de sueldo o trabajar menos y cobrar más. Pero lo que pedimos son mejoras en la consulta, y nos tratan como si exigiéramos cobrar el doble. Estos grupos de trabajo se crearon hace un mes y tres de ellos ya han tenido una primera reunión decepcionante con la Administración. Después de que los otros dos mantengan ese encuentro, valoraremos, pero, si no cambia la situación tras el verano, habrá que tomar medidas de presión.

-¿Cómo cuáles?

-Plantearemos, a nivel sindical -Fasamet -una huelga si no hay una mejora antes de final de año. Porque hay motivos para ello. No es de recibo lo que está pasando. Llevamos años así y sin perspectiva de mejorar.

-¿Qué evitaría esa huelga?

-Somos conscientes de que los problemas relacionados con la informática no se solucionan de hoy para mañana, pero creo que dar un plazo hasta final de año es razonable. Aspiramos a ganar, al menos, uno o dos minutos más para dedicar al paciente.

-¿Cuál es la situación en el resto de comunidades?

-Esto no solo sucede en Aragón. También ha pasado algo parecido en Cataluña, pero su sistema funciona mejor. Tuvieron que mover el tema a través de Salud Laboral e Inspección de Trabajo, que dijeron que el sistema informático atentaba contra la salud del trabajador porque era muy malo.

-El sector siempre se ha quejado de sentirse el patito feo de la sanidad. ¿Se mantiene esa sensación?

-La Atención Primaria solo la utilizan en los mitines. Se hinchan a decir que es la pieza fundamental del sistema, pero estamos abandonados a nuestra suerte desde hace años. Es un territorio yermo para la innovación y estamos dejados de la mano de dios. Presupuestariamente, la dedicación ha caído mucho más que la especializada y no tenemos cuadros directivos, Un ejemplo: el jueves tuvimos una charla debate sobre este problema y de los ocho directores médicos de Primaria solo acudió uno.