Si el Gobierno de Zaragoza utilizó como pretexto para aprobar por decreto y de forma unilateral denominar José Luis Abós al pabellón Príncipe Felipe las 15.000 firmas ciudadanas, ¿qué ocurrirá si 15.001 personas piden que se mantenga el nombre del actual Rey?

En esta tesitura puede que se encuentre en pocos días el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, después de que el domingo se creará en la plataforma Change.org una nueva petición en contra del cambio de denominación. Se está siguiendo el mismo método que el elegido para solicitar el cambio. Entonces, si 15.000 firmas son válidas para dar luz verde a la modificación, otras 15.000 deberían serlo también para dar marcha atrás. O por lo menos, para paralizar el expediente e iniciar un debate participativo real.

Por ahora, al alcalde ya le han dado la espalda tanto la oposición como el PSOE, uno de los partidos que le hizo alcalde. Solo ha recibido el apoyo de CHA, impulsor de este cambio desde el fallecimiento del entrenador. El club, Basket CAI Zaragoza, tampoco está del lado del regidor por la división que ha generado en la ciudadanía y su utilización política. De hecho, instó a Santisteve a que buscara las medidas que dieran por zanjado este debate. Ahora, la ciudadanía se ha revelado contra su decisión.

En realidad la polémica se centra en el debate sobre si Zaragoza en Común utiliza el nombre de Abós como pretexto para eliminar el del monarca. Desde el Gobierno de Zaragoza insisten en que no, que solo se han limitado a cumplir con su programa electoral y con una propuesta ciudadana. La oposición, en cambio, insiste en que su sentimiento republicano está por encima de todo. Lo cierto es que el partido no ha finalizado.