El salón de plenos del Ayuntamiento de Zaragoza se convirtió ayer en una sala de teatro donde la sátira, la ironía y las frases hechas para encajar en un titular afearon la sesión de control. Quizá fue el calor que hacía en la sala o la cercanía de las elecciones, pero los representantes de los ciudadanos se saltaron el guion y dejaron a un lado la prudencia.

La mañana comenzó con la confesión de Alberto Cubero de que fue "condenado en el 2003". "Mientras a nosotros nos acusan de alteración del orden público y atentado contra la autoridad, a ustedes lo hacen por malversación, tráfico de influencias y cohecho". Orgulloso de ser condenado. "Sí, pero fue por apedrear la sede del PP", le replicaron los conservadores, "y le defendía un tal Pablo Muñoz", ahora responsable de Urbanismo de Zaragoza.

La tormenta llegó durante la moción sobre el plan de danza que Zaragoza en Común (ZeC) no explicó y los espacios que cederá a las compañías y que no ha hecho hasta ahora. ZeC y PSOE se lanzaron al ring de cabeza e iniciaron el bochornoso espectáculo. El portavoz del PSOE, Carlos Pérez Anadón, llamó "bobo" al concejal de Economía y Hacienda, Fernando Rivarés, que, inmediatamente se lo hizo saber al alcalde, Pedro Santisteve, a modo de chivatazo. "Que conste en acta que me ha llamado bobo, alcalde". El socialista Javier Trívez remató la faena diciéndole "eres bobito con doble tono". Una afirmación de la que se disculpó para decir que no era bobo pero que, mejor no le decía lo que pensaba de él. Rivarés ayer tuvo que aguantar una retahíla de críticas de la oposición y del público, que le acusó de "mentiroso".

La batalla campal no terminó aquí. CHA montó en cólera porque, a su juicio, el PP no le hizo entrega de la moción de urgencia sobre Averly que presentó durante la sesión. Pedro Navarro (PP) aseguraba que sí y Carmelo Asensio (CHA) decía que no. Finalmente la moción se retiró --después de ser debatida-- y dejó en evidencia al alcalde que no supo poner paz. Encomendó la tarea al secretario general --cuestionado ayer por CHA-- de que sea él quien reparta, a partir de ahora, las urgencias. Pérez Anadón hizo un ruego para que el Gobierno invierta "40 o 50 euros" para comprar un diccionario y que, así, algunos concejales eviten las faltas de ortografía en las redes sociales. Y eso que algunos se ausentaron por motivos laborales o personales como Arantza Gracia, Elena Giner, Reyes Campillo y María Jesús Martínez del Campo.

El PP logró ayer algo casi inaudito: el aplauso de los sindicatos tras ofrecerles su apoyo.