El mercado inmobiliario se mueve en el corazón de Zaragoza. Y con él la previsible recaudación que el Ayuntamiento de Zaragoza obtendrá a través del impuesto sobre la plusvalía. La que está por llegar, después de un curioso fenómeno que se viene observando sobre todo en el centro de la capital aragonesa. Un impulso a la compraventa de pisos que se mueve por un denominador común: pequeños inversores particulares que dedican sus ahorros a adquirir pisos que se encuentran en un mal estado de conservación para reformarlos íntegramente y, después, ponerlos en alquiler. Porque esta tendencia da más rentabilidad que depositar su dinero en el banco. Y al consistorio, más ingresos en el corto plazo vía impuestos.

El despegue de la compraventa lo ratifican los expertos. Diferentes agencias inmobiliarias en el centro de Zaragoza están viviendo, tras siete años de crisis en el sector, un momento dulce. De la mano de la rehabilitación de inmuebles que llevaban tiempo siendo vacíos urbanos en el corazón de la capital aragonesa, han aumentado de forma llamativa sus operaciones. Para alegría de un ayuntamiento que, en los próximos meses notará la diferencia en sus ingresos, después de cerrar el último cuatrimestre contabilizado con un aumento de 7,2 millones de euros por encima de lo recaudado hace solo un año, un 32,2% más. Eso solo durante el periodo de noviembre del 2015 a febrero del 2016, donde todavía no habían entrado muchas de estas operaciones. Y, aún así, proporcionó al consistorio 29,57 millones de euros, por los 22,36 de hace un año.

FENÓMENO

Los precios bajos de los pisos y la búsqueda de beneficios más allá de lo que ofrecen los bancos son algunas de las claves que han impulsado el sector. "Estamos registrando que sube la venta de pisos en mal estado, que luego los compradores reforman con el objetivo de alquilarlos", explicó José Ángel Goyeneche, de una inmobiliaria zaragozana. Una de las claves, según su empresa, es que "los precios de la vivienda han tocado fondo y como los intereses de los plazos fijos en los bancos están muy bajos, sale más rentable comprar un piso que tener el dinero parado en una cuenta", añadió Goyeneche.

En otra agencia zaragozana afirman que "lo que más se venden son pisos pequeños y baratos para reformarlos y después poderlos alquilar en mejores condiciones". Se trata de viviendas cuyo precio es asequible porque necesitan obligatoriamente una restauración para ser habitables. Según indicaron, los compradores "suelen abonar las cuantías en efectivo" y no se trata de transacciones en las que medie una hipoteca.

Este fenómeno ha desplazado a otros como la compraventa especulativa del mismo inmueble reformado en un plazo corto de tiempo. "La reforma de un piso antiguo para venderlo en un corto plazo no reporta beneficios porque a los costes de adquisición hay que sumar los impuestos y la reforma, y los precios finales no pueden subir mucho", apostilló Fernando Burillo, responsable de otra inmobiliaria. En su agencia, la venta de pisos antiguos que son reformados para alquilarlos ya supone el 20% del total de sus operaciones.