Faltan los flecos. Podemos e IU apuran el tiempo de descuento para concretar los detalles de la coalición electoral con la que concurrirán el 26-J, un pacto que recibió el plácet de Pablo Iglesias y Alberto Garzón, y que esta semana ultiman sus emisarios. La alianza, que no llegó a producirse el 20-D por las reticencias del partido morado, implicará ajustes considerables en ambas formaciones. El encaje en las listas -que sigue negociándose-, el reparto de porcentajes en las subvenciones electorales, y también el programa. Los secretarios de organización de ambas formaciones se reunieron este martes y decidieron crear un equipo de trabajo común para elaborar ese nuevo contenido programático que será un documento de mínimos, con propuestas que reflejen las principales prioridades de las dos fuerzas.

Por decidir queda también la marca electoral de la coalición. Fuentes del partido de Iglesias apuntaron la posibilidad de emplear Podemos En Común como fórmula, pero Garzón sigue presionando para que las siglas de IU figuren en la papeleta electoral y, ante el riesgo de quedar diluido en la identidad morada, defiende que el logotipo de la federación de izquierdas esté presente en la campaña.

DOS GIRAS EN PARALELO

Este es otro extremo complejo: cómo articular dos giras paralelas que pidan el mismo voto, con lenguajes distintos, líderes diferenciados, reproches venenosos en la hemeroteca y un modo de leer el contexto político sustancialmente distinto.

De momento, los simpatizantes de IU votan 'a ciegas' la coalición con Podemos. Desde el lunes hasta el jueves pueden manifestarse a favor o en contra de la alianza, pero sin que sus bases puedan conocer en qué términos se suscribe tal acuerdo. Los inscritos de la fuerza morada también serán consultados pero la dirección todavía no ha concretado fecha en un calendario que apremia. La coalición debe registrarse antes del 13 de mayo en el ministerio del Interior, aunque las listas pueden demorarse hasta el 23. Entre las incógnitas, cuántos candidatos incorporará IU a las listas, qué efectos de desplazamiento tiene sobre los dirigentes podemistas y los nombres de los directores de campaña. Los tres elementos pueden parecer detalles, y sin embargo, resultan de tanta enjundia que nadie duda de que estas decisiones pueden determinar el éxito o el fracaso el 26-J.