Esta semana, Cantabria ha aprobado un calendario escolar para el curso 2016-17 que supone una ruptura con la estructura tradicional en España y que incluye una semana de vacaciones cada dos meses lectivos en lugar de la actual división en tres trimestres con otros tantos periodos vacacionales. Sin alterar los 175 días de clase compartidos con el resto de comunidades autónomas, la nueva distribución dividirá el curso en cinco bimestres con cuatro periodos de descanso más las vacaciones de verano.

La proposición, promulgada por el Departamento de Educación de aquella comunidad y secundada por los sindicatos, supone que las festividades religiosas dejen de marcar el calendario, algo que los sindicatos de la mesa sectorial de enseñanza en Aragón llevan años solicitando.

CSIF, CGT, CCOO, UGT y STEA defienden un calendario similar al aprobado ahora en Cantabria, pero se topan con la negativa del Departamento de Educación, que, de momento, no se plantea un cambio así. Tampoco cuentan con el visto bueno de los padres, que siempre han llevado su negativa al Consejo Escolar de Aragón, órgano en el que se debería debatir una modificación de este tipo siempre que, como ha sucedido en Cantabria, fuera propuesta por la Administración. "Pedimos una racionalización de los tiempos escolares y un calendario establecido con criterios pedagógicos y no con los religioso-turístico-empresariales que se nos imponen año tras año. Defendemos una distribución equilibrada de los periodos de trabajo y de descanso, que permita, tanto al alumnado como al profesorado mantener los ritmos de aprendizaje y el óptimo rendimiento y, en consecuencia, mejorar la educación", indicaron desde UGT, que se acoge al modelo aprobado en Cantabria y expone que el nuevo calendario "debería ir acompañado de una ampliación de programas, como los de apertura de centros en vacaciones".

CSIF, por su parte, coincide con el resto de sindicatos en reclamar un calendario "más racional y pedagógico, respetando los días festivos de todo tipo, pero que no marquen, más equilibrado con periodos lectivos y de descanso. Hay trimestres totalmente descompensados y desde hace años apostamos por cambiar esta estructura actual, que ya consideramos obsoleta", indicaron desde el colectivo.

La gran novedad

La principal novedad del calendario que se pondrá en marcha en la comunidad cántabra incluye un primer periodo de vacaciones del 31 de octubre al 6 de noviembre, ya que el resto de periodos de descanso se asemejarían a los actuales --Navidad, Carnaval y Semana Santa--. Los cursos acabarán en junio y no habrá pruebas de septiembre para la ESO, lo que permitirá que en julio se haya ubicado a todos los alumnos y profesores y así adelantar unos días el comienzo del curso.

Ese reparto "más racional y homogéneo", para los sindicatos, prescinde de que la extensión del trimestre venga marcada por la fecha de la Semana Santa. También en Aragón se considera que una distribución de este tipo supondría la aplicación de "racionalidad pedagógica" ya que, al ser los trimestres más cortos, el alumno rendiría mejor al no estar tan cansado y apelan a la necesidad de asumir calendarios como el francés --sin embargo, en el país vecino el curso no acaba hasta julio, con 50 días de vacaciones en verano y cuatro periodos no lectivos de dos semanas cada uno: en octubre, Navidad, febrero y abril--.

Vacaciones

En España, los escolares disfrutan de entre 10 y 11 semanas de vacaciones en verano y los descansos en Navidad y Semana Santa. Sin embargo, los sindicatos aragoneses insisten en que "se necesita un calendario más racional y menjos dependiente de las fiestas religiosas", insisten desde CCOO.

En noviembre del 2015, STEA llevó a la mesa sectorial en la que se abordó el calendario escolar para el próximo curso una propuesta similar a la aprobada en Cantabria. "Defendemos un calendario escolar que respete el ritmo escolar del alumnado y que, con carácter general, plantee un descanso de al menos una semana tras 6 de actividad lectiva, respetando los 175 días obligatorios y las fiestas marcadas en el calendario laboral", defendió el sindicato, que propuso una estabilidad temporal de al menos tres cursos. "Se debe desvincular toda festividad religiosa de los necesarios periodos vacacionales y podríamos contemplar la conciliación del ritmo de los aprendizajes con las costumbres sociales de las distintas confesiones, las diferentes sensibilidades comarcales y locales y las específicas de los diversos sectores de la comunidad educativa", añadieron. También CGT, el otro sindicato con presencia en mesa sectorial, comparte esta idea.

Cuatro descansos

En su propuesta de calendario, habría cuatro descansos. El primero del 31 de octubre al 6 de noviembre. El segundo, coincidiendo con la Navidad, del lunes 26 de diciembre al 8 enero mientras que el tercero se prolongaría del 27 de febrero al 5 de marzo. El último habría comenzado el 1 de mayo hasta el 7 del mismo mes. La DGA ni lo contempló.

Sin embargo, los padres siguen sin tenerlo claro. La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de la escuela pública (Fapar) considera que el calendario escolar es un tema que requiere "un amplio debate y un consenso importante antes de implantar nada, como se ha hecho en Cantabria a espaldas totalmente de las familias".

Debate serio

Su presidenta, Flor Miguel, es tajante al afirmar que "plantearnos modificar las vacaciones sin unas políticas generales de conciliación significa crear más problemas a las familias y fundamentalmente a las madres trabajadoras" porque el modelo actual de escuela precisa, insiste Miguel, de un debate "serio y profundo"en el que "podemos empezar por cumplir realmente el calendario actual, que las clases comiencen y acaben cuando se señala en el mismo, que se respeten los tiempos de descanso de los niños, sin que se les acose con deberes, por ejemplo o que en las decisiones que se adopten en los centros en el uso de su autonomía se respete la opinión de las familias".

Por último, las familias advierten que "si se plantea una reforma del calendario y se quiere hacer más racional, habría que pensar en acortar el verano".