Ahora que el Gobierno central ha abierto la puerta a dedicar el remanente de tesorería del 2017 a otros gastos que no sean el pago de la deuda, el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) se va a encontrar con que le va a ser imposible negociar nada previamente para pactar y aprobar el destino de los nueve millones de euros a los que debe encontrarle destino. Se ha puesto en contacto con la oposición para trasladarles una propuesta de trazo grueso: 4 millones para aceras, supresión de barreras y una operación asfalto de un millón de euros; 3 para invertir en parques de la ciudad, uno para poner tecnología led en el alumbrado y otro para renovar vehículos de la Policía Local. Y todos coinciden en que antes de negociar debe restaurar la normalidad democrática que él quebró con el golpe de mano dado en las sociedades el pasado 9 de febrero expulsándoles de la toma de decisiones en sus consejos.

Al PP se lo comunicó el coordinador de Urbanismo, Miguel Ángel Abadía; al PSOE, por correo electrónico al concejal Javier Trívez; a CHA el propio responsable de Economía, Fernando Rivarés, en una «conversación informal»; Y Ciudadanos (Cs) ayer no había recibido comunicación aún. Así fragua ZeC un acuerdo que solo puede llegar en la fase de enmiendas, si no rectifica.

«Estamos dispuestos a negociar siempre que vuelva al ayuntamiento la democracia que el alcalde ha intentado secuestrar», declaró el portavoz del PP, Jorge Azcón, quien preguntó al resto de partidos si «están dispuestos a ponerle precio a la democracia» o seguir su mismo camino. «Si el talante de ZeC ha cambiado, que empiece mañana», reiteró el conservador, pidiendo a ZeC que deje su «actitud obstruccionista y de matonismo político».

Javier Trívez, del PSOE, afirmó que «la situación de falta de democracia dificulta y condiciona el desarrollo de iniciativas» y que «ZeC se estrella con sus prácticas antidemocráticas» y el «hostigamiento a la oposición con cartas amenazadoras». Le pidió «un contexto propicio, un análisis sosegado de lo que se puede hacer» y que recorra el camino hacia la «voluntad de consenso».

«Desconocemos la propuesta», dijo Sara Fernández, de Cs, quien recordó que «no estamos en la mejor situación» para negociar nada tras «más de dos meses» sin que ZeC les haya llamado. «Siempre hemos puesto los intereses de la ciudad por encima de los partidistas pero no podemos obviar la tirantez», recalcó. «Vamos a ver la propuesta y si es positiva votaremos a favor, no la vamos a obstaculizar», dijo Carmelo Asensio, de CHA, quien prometió «ánimo constructivo» sin olvidar el contexto actual de tensión.