Las calles de Batea respiraban tranquilidad este mediodía minutos antes del pleno extraordinario convocado por el alcalde, Joaquim Paladella, para exponer por qué se ha planteado convocar un referéndum para abandonar Cataluña y unirse a Aragón ante la "discriminación" que dice sufrir de la Generalitat.

En algunos balcones cuelgan esteladas y mensajes con el "sí" de la campaña por el referéndum del 1 de octubre. Consignas independentistas que también conviven con alguna que otra bandera española, como la que ondea en una de las fachadas de la plaza de Cataluña, que, a su vez, rodea el parque de la plaza de España.

En esta misma plaza, miembros de las juventudes de ERC han colgado una pancarta este mediodía con la consigna "La opinión de una persona nunca representará la voz de todo un pueblo. Paladella, ¡no te saldrás con la tuya!".

"Las declaraciones del alcalde no representan a prácticamente nadie en el pueblo. Hemos venido aquí para hacer presión y que retire sus declaraciones", afirmaba Sara Valls, de las JERC Terra Alta.

Según Valls, en la población se respira un sentimiento de "frustración y tristeza porque se nos ha puesto en nuestra boca algo que nunca se había hablado en el pueblo. Nos duele porque nuestro pueblo se ha convertido en un medio de propaganda política en contra del 1 de octubre", ha añadido.

Alrededor de la pancarta, muy cerca del Ayuntamiento, se han concentrado decenas de personas que esperaban entrar en el pleno. "La gente está muy enfadada. Paladella ha hecho mucho por el pueblo en estos 26 años como alcalde, pero lo que ha hecho ahora ha sentado muy, muy mal", lamentaba Manel Sunyer, que ha acudido a la cita vestido con una indumentaria con los colores de la estelada y un paraguas independentista.

En las pasadas elecciones al Parlament, JxSí y la CUP obtuvieron en Batea el 53,85 % de los votos.

En este pueblo de 2.000 habitantes, Paladella es alcalde desde hace 26 años como líder de la Unió per la Terra Alta (UPTA), partido vinculado al PSC.

Pero muchos de los que reconocen su labor en el pueblo, ahora le recriminan sus palabras, entre ellos el sector del vino.

"Por un cabreo nos ha metido a todos en el ajo, por una payasada. No tiene que ver nada lo que ha dicho él con el sentimiento del pueblo, y todo por 30 plazas de una residencia", lamentaba por su parte Alberto Villaroya, viticultor.

Precisamente ayer un grupo de empresas del sector agroalimentario reclamaron al alcalde una rectificación pública en un comunicado y advirtieron del "rechazo" que estaban detectando en sus productos por las palabras de Paladella.

Hoy, el alcalde, en el pleno extraordinario, ha quitado hierro a esas peticiones y ha acusado a la oposición de estar detrás de este comunicado.