Una oleada de cartas bomba enviadas a la sede de la Cámara de Comercio de Italia en Zaragoza y a tres oficinas de Generali Seguros sembraron ayer la alarma en la capital aragonesa. La desactivación de las mismas -en las que solo hubo que lamentar daños materiales en dos de las explosiones controladas- obligó a cortar el tráfico en varias calles e importantes avenidas como San José y calles menos transitadas. La Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Aragón trata de averiguar quién está detrás de estas remesas, si bien la hipótesis inicial que barajan es que pueda atribuirse a un grupo anarquista italiano.

El primer paquete entregado por Correos llegó, sobre las 12.30 horas, a la Cámara de Comercio de Italia, situada en la calle Josefa Amar y Borbón junto a la agencia consular de Francia. Cuando las trabajadores de este organismo lo abrieron pudieron leer un mensaje en el que advertía: «Llame a la Policía y desaloje». Los empleados no dudaron ni un minuto y hasta el lugar se desplazaron agentes del Grupo de Homicidios, de la Brigada de Policía Científica y agentes especializados en la desactivación de artefactos, Tedax. Rápidamente cortaron la calle y desalojaron las viviendas del número 5 de esta calle en la que se localiza dicha cámara de comercio. Tras realizar varias comprobaciones, entre ellas la de la Unidad de Guías Caninos y sus perros especializados en detectar explosivos, concluyeron que era una falsa alarma.

No acabó en ese momento la actuación policial, ya que pronto fueron requeridos en tres oficinas pertenecientes a Generali Seguros situadas en la avenida San José, 54; en la calle Coimbra, 1, y en la avenida Pablo Gargallo, 25.

En dos de ellas, en San José y en Coimbra, los Tedax decidieron detonar la carga que contenían los paquetes, después de que los perros se sentaran sobre el suelo -señal de que hay carga explosiva- tras oler los bultos. No fue la única diferencia con la carta entregada en la cámara italiana de comercio, ya que era de menor tamaño y contenía un mensaje con diferente leyenda. De hecho, se ofrecían tres indicaciones: «1. Déjalo sobre la mesa. 2. Sal a la calle. 3. Llama a la Policía».

Estos paquetes eran del tamaño de una caja de zapatos de niño, iban envueltas en un sobre de plástico y el interior parecía una carcasa de móvil en las que se observaban una especie de tablillas, así como cables y chips. Lo que desconocían en ese momento las personas que recibieron los paquetes es que junto a la carga explosiva llevaban clavos.

METRALLA

De hecho, esta metralla fue la que ocasionó daños en los establecimientos en los que fueron detonadas estas cartas sospechosas. En la oficina que Generali Seguros que comparte con Inmobiliaria Europea en San José eran visibles los agujeros en las paredes y los techos y varios cristales se rompieron.

Una característica que compartieron estos sobres es que el remitente daba a entender que procedían de una empresa con sede en la calle Virginia Woolf, situada en el zaragozano barrio del Actur. Añadían que la misma se localizaba en el número 11 de dicha vía, si bien no existe.

Paralelamente, el Cuerpo Nacional de Policía dio aviso a Correos para que paralizaran cualquier envío de cara a evitar que se pudieran repetir episodios como el vivido ayer durante el mediodía. En el caso de que se descubra algún paquete que no haya podido ser entregado, la Brigada de Policía Científica será la encargada de analizar las posibles huellas presentes en los mismos.