La Policía Científica tendrá que analizar con celeridad el ADN procedente de la joven que dice ser Dunia Chahidi Alaoui Tapia, la zaragozana que en 1997, cuando tan solo tenía 2 años, era secuestrada por su padre marroquí. La jueza encargada de la investigación así lo estimó, tras considerar que este asunto debía tratarse «con carácter de urgencia». Esto podría conllevar que en el plazo de un mes pueda conocerse el resultado.

Unas pruebas biológicas que el Grupo de Atracos y Desaparecidos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tomó a la joven después de tener un encuentro con su presunta madre, Belén Tapia.

Como adelantó EL PERIÓDICO, a mediados del mes de agosto ambas intercambiaron unas serie de conversaciones a través de Facebook y de correo electrónico, llegando quedar en una cafetería situada en el centro comercial Aragonia de Zaragoza.

La joven le había dado un detalle que solo la gente más cercana conocía: tenía en su poder una pulsera de oro con una inscripción ABD, la inicial de cada uno de los miembros de su familia, así como la fecha de nacimiento (30/8/1994). Una joya que Tapia reconoció sin género de dudas como de su propiedad.

La joven fue detenida porque en el momento de ser identificada por los agentes llevaba consigo una carta de identidad belga a nombre de Houda Berrisou. Las autoridades de dicho país señalaron al Cuerpo Nacional de Policía que ese documento era falso, por lo que fue arrestada como presunta autora de un delito de usurpación del estado civil. Una circunstancia que permitió a los agentes, previa autorización judicial, tomar una serie de muestras que serán cotejadas con las de Belén Tapia. El magistrado de guardia le puso en libertad con cargos tras tomarle declaración.